El alfa prisionero
viril de ese hombre desnudo. Aunque llamarlo miembro era no darle la importancia adecuada, quizá debía llamarlo un arma de dest
s, o mejor sería decir que eran nulas. Puede que hubiera crecido con su hermano Ethan, pero a ella nunca se le ocurrió pe
culinidad que tenía frente a ella la atraía d
bía tenido un padre que la cuidara, su madre nunca quiso hablar demasiado de él. Siempre decía que
y se mantenían cautivos de ese enorme hombre. Se erguía frente a ella con esa actitud dominante sin importarle lo más m
labios llenos que parecían hechos para darse unos buenos besotes y entrar en calor. Su rostro era masc
o una locura, pero cuanto más miraba a ese espécimen masculino más se le antojaba comenzar a
r en dirección contraria, ambas cosas eran válidas y más por la forma en que mostra
malidad, no sabía en qué momento su hermano había corrido para colocarse a su c
y parecían estar decidiendo quién levantaba la p
hermano en un siseo y le frotó la co
. ¿Cuánto mediría? De alto, porque esa parte tan interesante que tenía entre las piernas ya había quedado claro que era grande. Quizá rozara los dos metros. Con sus
me, ¿qué me tengo que limpiar?
es que pierden la cabeza por el primer hombre algo atractivo que se les cruza de frente -las palabras de
creer que su cabello volvería a ser r
n color plateado muy extraño, brillante como el de su hermano y del mismo color de sus ojos. Ambos
elirrojo estaba relacionado con el fuego y en ese instante parecía tener un ardor interno que se emp
lo o entraría en com
no pudo ocultar, se sentía avergonzada por haber sido tan obvia-. Estaba perdiendo lit
o volvió a emerger de su pecho como si la hubiera escuchado. Incluso dio un paso al frente que los tensó a ambos
ue dispuesta. Un jadeo escapó de su garganta ante ese pensamiento. ¡¿Qué le estaba ocurriendo?! Emma no era a
ue Emma pudiera decirle que tenían una magnífica audición y q
nsar en que no tenía el mínimo interés en ver al otro hombre igual de desnudo a pesar de ser también muy guapo. Al parecer, ella no podía apartar la visión de ese espécime
era la única explicación que encontraba a ese r
Emma pensaba llamarlo «el hombre vestido» mientra
mar su atención, al que había llamado
s que jamás en mi vida vi alguien a quien le pegara tanto que lo llamaran alfa como
su cabeza hizo un movimiento brusco hacia dela
as -masculló su hermano en un susurro y aquello provocó que Emma la
y miró a su hermano
rtó la distancia con el macho desnudo y le ofreció la mano-. Hola, mi nombre es Emma y él
a la espera de que se la estrechara sí lo hacía. Le temblaba de frí
ucia y le asqueara. Emma perdió la sonrisa y cuand
n paso más porque te
te. Se tropezó y terminó con las nalgas en la nieve, además de muy avergonzada. Ethan, que no se
la cabeza eres tú! -gritó su hermano en un
abeza del cuerpo. Ethan no era pequeño en comparación con ella, pero no era tan corpulento como es
e a su cuerpo para cubrirlo. Así sería siempre, juntos ll
sé qué se cree. ¿Es porque no somos nudistas? Si ese es el problema ahora m
la y el macho grosero y dominante. El hombre amable le tendió la mano e intentó colocar una expresión dulce en s
de que la mirada furiosa que el hombre desnudo
Pensilvania,
e son para venir hasta nuestra propiedad y tratarnos de esta forma? Vamos, Emm
e. Tenía que reconocer que Ethan tenía razón, ellos no habían hecho nada para qu
mientras se alejaba y recibía una mirada llena de odio. Era tan intensa que incl
le gustaba y parecí