A merced del demonio
pasa para llegar t
a poder transportarme. -dije sarcástica aún sabiendo que no estab
uera usted, apresuro lo
a tomy un amigo que trabaja como taxista y para mi suerte estaba circulando. Al llegar ni siqu
a asombrada, ella iba a decirme algo pero al escuchar la voz de enfado de mi nu
y lo veo salir de su oficina. Su mirada fría
omodo mi uniforme. Al entrar sus ojos no de
star frente a su escritorio, jamás en mi vida me había sentido
ith?. -dije sarcástica per
gar rabioso sin des
io permiso d
este hombre no era el mismo que
l brazo con brusquedad, hábilmente me hace v
ntes. -Una mujer sin gracia que ni siquiera conoce la ética. -mi boca es un O
jos me dice señora, si
rle claro quién es
quien paga todo, mi
erte perdiendo la paciencia. -Que no esto
renunciar, no estaba dispuesta a trabaja
ijo pobretona muerta de hambr
o pudo decir -d
jaría así -Pero bien que esta po
que nadie me humillara y menos alguien como él, además, el me provoc
señor Smit
lve a sonreír -Porque
un mejor empleo que este. -
rle que ya he llamado a todas la empresas del país para que no le den empleo
timo. Un sudor helado comienza aparecer en mi c
eírme al creer que es una
solo eran mensajes de ejecutivos de las empresas donde dejé mi currículum di
su escritorio rabiosa. -¡Quien m
a con su cabeza sin dejar de reírse -¿dígame algo? -hace aún lado un mechón
to?!. ¡¿Pero como mierdas había
ta, yo le demostraré que tan de
o, baja a tres centímetros y desabrocha dos botones de la camisa de mi uniforme y repite la misma caricia de es
forme, -musit
safiarlo pero mi voz se quiebra cua
es, te voy a dar unas nalgadas hasta dejar ese
uso estaba imaginándomelo a él y su mano
usa que se vea sexy y resalte esos deliciosos senos. -apreta m
eñor,..
ero un sí Sebas
ablos lo estaba disfrutando ya que muerdo m
n. -musito apu
i cara tan roja de la vergüenza, salgo de su oficina, trato de comprender lo que había pasado pero mi mente estaba cegada por la lujuria que