Relatos perversos de Prince
o 5 "Es
nce
l otro mesón y asà tener más libertad. Vierto la miel en sus hombros, luego en su pecho y piernas, esparzo nuev
u pierna hacia mi espalda, estoy frente a su entrepierna y ella está enrojecida, jalo el bikini arr
, tomo su muñeca y lamo para succionar sus hombros, luego su cuello y ella está sumisa y extasiada por la sensación dulce y húmeda, los gemidos de los de arriba ya no le inc
que hace unos minutos entonces meto mi lengua dentro de su boca para sentirla estremecer, comienzo suave y lento me hago el niño tÃmido como ella para descubrir la fiera que lleva dentro. Me apr
sos. Con dos dedos tomo la punta del pezón izquierdo, abro mi boca y nos miramos en cuanto la chupo, la succiono y le doy leves mordiscos, voy por el seno derecho y su mirada y
o por su brazo lamiendo la deliciosa miel también chupo sus dedos y paso mi lengua por su vientre tomando con
la cabeza con sus labios lig
Ã, muerdo con mis labios sus pliegues y abro sus piernas, su entrada se abre aún más y la miel se resbala hacia ella. Meto mi lengua y siento la punta de su clÃtoris, ella salta un poco y abro sus pliegues, soy delicado p
ostarse, lo disfruta me lo hace sentir asà que lamo sus pliegues quitando toda la miel, es dulce y pequeña como hace tiempo no saboreaba. Me dedico por varios minutos a sus húmedos pliegues y cuando meto su clÃtoris de
nidad de disfrutarme, mete un dedo en su vagina y lo chupa en señal de estar preparada, masajeo su vulva con la punta de mi pene y lo introduzco lentamente, mientras más lo meto sus labios se abren y sus ojos me atrapan, no
su cadera cuando llego al máximo, muerdo su hombro en señal de no querer terminar aun. Me pongo de rodillas en el mesón y subo sus piernas encima de mi torso, hago que cruce sus tobillos detrás de mi nuca y la pene
desvirgue esta aun encima del mesón, le volteo los ojos al ver que es una chica insaciable, que ni dos orgasmos son suficientes para su primera
toris y a mi amigo Gabriel con la otra chica sobre su escritorio. Golpeo la puerta y solo nos observan, subo la mano de la chica rubia para meterla en la
bicicleta, mi reloj marca las 6 de la tarde y sé
egar, me despojo de la camisa y esta vez vendo mis puños con gasas porque las últimas peleas me causaron algo llamado moretones que ciertamente mi hermanita no debe ver. Volteo y lo que veo me deja a punto de re
ice el idiota que
n toro algo furioso, lo vuelvo a tocar a penas y la gente grita emocionada que es un pequeño cobarde luego ovacionan con fuerza ¡Halcón! ¡Halcón!. Se acomoda los lentes y al ver la c
igo en cuenta que estoy siendo la burla de todos ellos al cenarse a este chico que pu
or y sé que si no gano todos aquà perderán su di
e doy un golpe en el medio de las cejas que lo deja noqueado, todos me alaban, pero sé que no fue una pelea justa y pienso que ganar asà es
nde trabaja Emma me hacen levantar la mirada, esta vez no tengo ningún pretexto para entrar allà y entonces miro por el espejo del retrovisor de la ambulancia qu
un hombre con barb
-le digo y aque
a y me gustarÃa hacer
le digo sin
pelear pa
i patrocinador -menci
me entrega una tarjeta dorada en blanco, lo miro desconcertado
n blanco esto no significaba nada, voy a botar la tarjeta cuando algo en mi pech
a -le digo a una chica muy linda que
ice sonriendo un poco y mostrándome que le agrado
es el personal? -me quedo mir
s señor si necesita ubicar a alguien puede
quà para darle un obsequio y sé que lo espera con ansias -la
endo
ri
-la sigo por las escaleras de caracol y me doy cuenta de que es un enorme h