Libertinaje
yd
e se anuncia so
adre, después de
encontrarán contigo. Es seguro ya se ha tanteado
spués de 4 malditos años al fin estoy a 6 semanas de salir de aquí. He tenido que mante
cuentro se hará ahí, es un
iera a mi habitación -reclamo. Sé que fue él
encio que confir
, te gusta -se justifica-. Te v
é de s
os, dándome la razón. Alcancé el móvil y caminam
que era la chica del club. -Me mira impasible ante su metedura de pata. «Tiene suerte de
sp
declinar la propuesta de esta noche -avis
uestas quiero y cuales no. A diferencia de los otros carteles que buscan hacerse notar, la 'Ndrangheta trabaja bajo perfil, ev
xiste la piedad, la compasión está del otro extremo del mundo; no buscamos implantar terror si no respeto, pero si te equivocas mueres. No por nada la 'Ndrangheta es una de la
ra lo que pasará en unos meses, mi subida al poder; sé lo que sig
rio se vendió a los 'Ndrangheta, cuando mi abuelo solo era un Sottocapo: un sucesor aspirante al poder; como yo. En ese entonces las cosas estaban muy desmadrada para la familia, la mafia roja buscaba su cabeza, y
egar a la tranquilidad
documento?
peta negra con el logo 'N
ladas, 3 en la yugular, una situación bastante traumática para su mujer quien lo encontró horas después. Vivían en un barrio marginado cerca de Vancouver, la situación superó a Rose, su esposa, así que se fue a vivir al centro
eyendo el informe y visualizando vari
en cuenta?, alguna enfer
su hermana es asmática. Aparte de eso sus informes no revelan
or Duun?
ho de él en la central de informaciones. Tendríamos que m
é los
qué estás esp
dmon e hizo el intento de
aseguró él, miran
a. Ya sabía de quién se trataba no era nada discreta y la mitad de su cabeza estaba fuer
mi habitaci
a la fuente, y yo perfilé mis
que une al monasterio con la carretera. Todos con la puertas abiertas las luces
mbros perfilados por la rectitud de su postura. Tal como lo recordaba, su inseparable bastón negro reposaba a su lado; la ropa oscura lo mantenía en anonimato, casi
mueca que quiso ser una sonrisa a
rimera impresión de él
que nos hemos mantenido en contacto telefónicamente, por
saludo, y comenzamos a despl
para que la conozcas
, mirando hacia una furgoneta b
le hago saber-. Voy a declina
re se
é, extendiendo la carpe
ó y la
lema -aseguré, sin apartar la vista de la a
cada detalle. Y finalmente se guardó l
s su lugar. Vas a subir al poder te quiero , inasequible, irrompible, inquebrantable. Espero que esa chica no se convierta en un impedimen
mero, nadie puede estar por encima de ella, y es l
l día de todo lo que me esperaba y como seguirán
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dirige un gru
nte se encarga de el trabajo sucio, ejem
irante a conver
o
ran
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que nos dejara a solas. Alessandra estaba sentada en una silla en silencio po
ndo me espí
es grisáceo más abiertos de lo normal-. ¿De dónd
, demasiad
a silla que ti
ndo a su pregunta, porque y
os en mis rodillas acercándome más. Juego con el borde de la tela
e en dónde esta
ista y me
malo preguntar tanto -gruño
pronuncia tími
ana -le recuerdo-. Tú celda está ce
chón en bóxer y contemplo como se desviste, aprecio sus piernas, su piel luce apetecible, lleva una braga negra d
camiseta no la cubre bien y su culo me grita que lo acaricie. Lo hago, pongo una mano sobre el borde del encaje y la sobo, Alessandra
mueven por su muslo con propiedad. Se está dejando tocar y eso me pone muchísimo, «solo
la tela de sus bragas, permitiendo que mis dedos toquen el centro de la zona superficial de lo que realmente qu
... -b
¿
murmura mo
é al tiempo que ella se giraba por completo quedando frente a mí.
las manos hacia atrás en el
nexpertos pero que han besado antes. Se deja guiar dejando que mi
ntra el colchón y sofocada hizo el intento de volver a sentarse. «Quizás la he asustado». Pero se lo impedí aplastándola con mi cuerpo. Abrí sus piernas co
en su cuello, «jadea ahogada, suave, temblorosa». Sigo movien
su cuerpo besando la punta erecta de sus senos. Juego con mi lengua acariciando la punta, enrosco mi lengua y lamo dejándolos
máticamente siento sus dedos entre mi pelo y una mano apoyada en mi hombro, ejer
o de sus piernas, mis dedos resbalan al instante suave y viscos
las pier
obe
la ya o mi poll
na tela y la desgarro dejándola completamente expuesta
oritas -se qu
placido. «No volver
s más -
la mano a sus pechos al tie
ue tengo para ella y le veo pasar saliv
abidas y por haber pero tendré un mínimo
endo mi cabeza entre sus piernas. Mi lengua la devora y sus
r. La quiero gritando mi nombre aunque tenga que despertar
está tan tímida, ya no sé contiene estoy seguro que más de uno la ha escuchado,
frutado y ahora viene la mejor parte, vuelvo a sujetar su mano sobre su cabeza con una sola mano mía, y con mis rodilla
ta de to
e de ella un poco más y, empujo invadiendo su interior. Tres, l
terminando la frase
tensó e hizo el intento de que me mueva y
la... -l
y beso húmedam
gusta
anos pasando las mías por debajo de su espalda y ciño mis manos en
mi espalda, y yo gruño
tro sudor habla por si solo. Aumento mis embestidas estoy muy cerca de corr
.. -
co, mordiendo el
ntro, por favor
mis manos a cada lado de su cintura con fuerza dejando sus caderas inmóviles y la embisto con rudeza. Rápido, profundo, constante. Sabe lo que voy