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Venus, bajo su influencia.

Capítulo 2 Cedric, la llegada.

Palabras:2136    |    Actualizado en: 07/02/2024

muchas cosas de años pasados. Crecí aquí, aunque ya no luce c

unca necesite dichas cosas, ya que mi metabolismo y condiciones físicas eran muy diferentes a los demás niños, por lo cual debí estudiar mis primeros años de

rero del rey, pero ese es otro tema. Tengo 180 años, aunque realmente aparento de

na, la idea de formar una familia con una humana es la má

a de amor con mi madre hasta

rle la vida... Transformándola en una bestia salvaje con piel tan blanca y fría como la nieve, ojos azules claros, con una visión perfecta a

va) con total dificultad, era de esperarse (según me cuenta mi padre) que

a mi madre para alimentarse correctamente. Todo se le dificultó más de lo que pen

. Mi madre acabó con la vida de muchos pobladores, en luna llena, s

ada gota de sangre que bebía de lo

rque solo la quería junto a él sin importar las consecuencias, pero no le gustaba para nada quien era. Sus vecinos

darnos a Alaska, en esos pueblos remotos con pocos habitantes para

ó que es hora de regresar y enfrentar su p

'', en nuestro jet privado, luego en nuestro auto

do por la estabilidad menta

ándole la mano a mi madre quien se encont

o vivir toda la inmortalidad

re se hacía notar, sin embargo,

ad de Alaska estaba enloqueciéndonos a tod

do al frente de la carr

astre...— comenta mi madre— Hace

servicio de limpieza

mucho, jovencito, debes cooperar con la limpieza para que se mantenga. No me importa que tan guerrero, fue

ra parar mi burla y e

uántas horas llevamos sentados, solo me distrae ver los alrede

me sorprendió ver la similitud entre el

nada— confi

rase de la boca.

avance, este pueblo parece jamás evoluci

verá como un hogar. —dice mi madre, saliend

onfirmando lo que mi padre nos mencion

con profunda nostalgia— c

excepción a ese nuevo olor de canela y lavanda, supongo que el ser

tar a un servicio de limpieza

nte tanto tiempo— respondió mi madre mientras

a mis contactos de inmobiliaria de

lo? Pensé que jamás vendríamos aqu

pira siento que es el verdadero paraíso.— Dejó salir una sonrisa llena de calma mi

stado demasiado tiempo en Alaska, la nieve

n rato para reconocer el p

asiento en el viejo sofá, yo mantuve mi mirada hacia el rostro de m

duras guerras y batallas contra salvajes y violentos cuand

e logra hacerlo callar durante una discusión, si fuese

y...— mi madre me

a actuar

nían de afuera, varias personas que salían de las

festival. —menciona mi madre mientra

esos festivales donde tú y yo..

. —interrumpo, mientras me cubro lo

. Mi habitación estaba exactamente como la dejé la última vez; mi cama

o. Salí de mi habitación y grité des

a me

— de parte

ebí esperar a que fuese más de noche para poder pasear a mi estilo. Corrien

normal, algunos locales nuevos de ropa y comida, puedo decir que los cincuenta años si pa

e suponen "es un vampiro", ¿En serio?, ¿Colmillos falsos, ojos dorados, capa

uso nada de eso y mis colmillos son disimul

tercepta, tropieza conmigo y derra

a y se endereza de forma automática, cambi

guro algo cambio en este pueblo, es la genera

te— mu

r mis poderes no está tan mal cuando

la multitud que solo saltaba, bail

stán celebrando? ¿El d

la multitud, pero aun así podía escuchar claramente las molestas voces

o. Miré a un lado y me encontré con una chica pelirroja de espaldas. Giró en un mome

ce. — que susto me diste. Pens

anzar todo mi desapruebo, un vestido negro hasta las rodillas, con un

me provocó ningún tipo de sed. Es llamativa, pero no de ese modo que haría que perdiera mi control y quisiera l

ada fija en su

tu bebida.

u pie el vaso de plást

guir otro... Si

se acercó a mí un poco más. Yo

ecesario. En re

intentando analizar su aroma, aún estaba pensando en

las personas enfermas terminales t

mirada fi

un festival, por ejemplo

irando a mi alrededor. — eso tiene

queña sonrisa— ¿eres

más para detallar m

hace un

rcó su mano hasta la

añado de un aroma que se me hacía familiar, no quería que otro vampiro me encontrara aquí, así que tomé el descuido de aquella chica que gi

bre» pensé, es un extraño nombr

al bosque, me aseguré de que nadie me viera. Graci

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