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Memoria que olvida... Ojos que te recuerdan

Capítulo 5 Un almuerzo pacífico

Palabras:2710    |    Actualizado en: 06/02/2024

precisamente en su rutina diaria, sus horarios para comidas suelen ser bastante estrictos para ella. Necesito comprarle algo para que almuerce y, de pas

o he estado muy tranquila de que ella pueda ofenderlo o algo si

otra vergüenza debido a ese detalle, pues cuando mi niña está molesta, le es difícil el mantenerse calla

uenta de que hay ocasiones en las que debe medir mucho más su

ido y lo procree, aunque duda de que eso sea posible con alguien como ella, no es precisa

al ascensor y me dirijo a la última planta, encontrándome con el gest

n

paso por su lado hacia la puerta, mas antes de que la al

e crees

ro, a buscar

a, esa moco

dices, es mi hija de

o con porque, a diferencia de la mayoría, ella tiene más dificultades que otros para relacionarse y se esfuerza mucho. No dejaré que nadie la menosprecie y la asi

utorización del Sr. James, nadie pu

es dile que

cualquier favor de mi parte, y aunque la escucho murmurar algo qu

Srta. Pirce est

os antes de que él conteste

uera? Hazla pasar ahora, su hija está

o que nadie entra s

o, así que déjala pasar de una

a lo suficientemente molesta como para que encima el jefe la haya hecho quedar de esa form

y entro, encontrando a mi niña pintando en su cuad

modo, si hace calor te quemas los pies, si hace frío

s pisos son especiales

e que tu secretar

a alfombra, tendría q

debería hacerlo. Mi mami los usa para trabajar

ue no todo

e práctica y cierta gracia, si

y mi niña me mira sobre su

a ma

, ¿qué tal t

d, él dice que los zapatos son molestos y que por eso p

unos zapatos que le queden c

verd

uelve hacia

patos de gato, quizás esos

a. Srta. Pirce, ¿vi

uerzo y venía a buscarla

paró el

ía, así que planeaba llevarla al lugar de comidas caseras que suelo frecuentar para que escoja al

ado que hubiera un

ro vale la pena, tiene comi

ajiste los canelone

rre

nces

mochila, mas antes de que lo haga, me sorprende volviéndose

eres venir c

rva a mi niña con una ceja alzada. No estoy segura de si está o n

erzo para él o su asistente le traerá algo pa

si se equivoca de pedid

dejándome claro que la animadversión entre mi niña y la asistente es mutua. No sé ni qué deci

r más accidentes el d

ra luego acercarse a la mochila, meterlo dentro de ésta y ofrecerle su abrigo, el cual m

o ni olerlo, pero no tengo muchas pegas en cua

un va

ra la más lógica luego de la declaración de su nuevo amigo. Me inclino y la alzo en brazos, besando su mejilla al tiempo en que el Sr. James nos mira

y a mí con gesto de mala leche cuando salimos primeras, hasta que

. Ja

cuanto mucho. Solo contáctame si hay

tá b-

cto, ¿

empresa y empezar a caminar calle abajo. Poco antes de llegar a la esquina, cruzo a la mano de enfrente y guío al hombre que nos acompaña a un pequeño

. Y mira la cosita preciosa que

lia, es

reocupes, sé mucho sobre ti, así que

la buena mujer se fija en el Sr

muy buen mozo, qué bue

a empresa donde trabajo. Lucía lo conoci

equeña y que obviamente es raro que haya hecho algo así, no obstante, no es algo que pueda explic

out, soy la dueña de éste lugar, así que bienvenido s

ida que siento es agradable y me ha

la crema de cuatro quesos con champiñones, mi princesa pide de nuevo los canelones que le gustaron la vez anterior y, el Sr. James t

chos aceptan las cosas como esas con facilidad, he conocido gente que la ha llamado maleducada por ese tipo de acciones, y no lo es en absoluto, sabe

a cosa, Sr

¿

o trabaja en

ndo, tendría que tomarme la licencia por maternidad. No importaba que asegurara que seguiría trabajando de forma remota, no parecía ser suficiente. Sin embargo, su padre fue muy amable y dijo que no había proble

na buen

sis fue utilizada par publicac

nces el nivel que posee su hija,

mío. Ya muchas veces me sentí muy mal cuando alguien preguntaba y contaba lo ocurrido, causando que empezaran a hablar de mí o a tratarme con una actitud diferente en cuan

d es que

isc

é, no lo

l? ¿No les dan las referencias d

no fue una elección, s

ero no la esto

esitaba relajarme luego de tanto trabajo, y me llevó a un bar. No recuerdo siquiera la mitad de esa noche, ella tampoco, sea lo que sea que bebimos, fue muy fuerte, y a la mañana siguiente, desperté en mi habitación sin siquiera saber cómo fue que llegamos

s y siempre dijo que no le importa. Ella me tiene y es todo lo que necesita. Si su padre nunca se molestó en buscarla, no lo necesita ella tampoco. Sé que los niños requier

no tienen siquiera la mitad de la relación que ella debería de tener con su progenito

tamente lo que pasó, ni si él no se cuidó o si el condón se rompió o si siquiera lo usamos, a lo mejor yo no quise, ¿quién sabe? Lo único que sé y que me importa, es que a pesar de lo m

edos uno de sus suaves bucles y sonrío: ja

ausa del hambre, mas no soy tonta, sé que esto no quedará aquí. Por alguna extraña razón, siento que él no dejará que el tema quede en el aire, parece

el contrario, será la alzada de bandera roja que hará que

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