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Juego de Reyes

Capítulo 2 Ritual de negocios

Palabras:1666    |    Actualizado en: 21/02/2021

penas desafiado por el correr de la sangre en las manos de aquella mujer. Su piel estaba expuesta, le había tomado tiempo desvestirse. Orgullo. Ese sentimiento que tanto carcom

do y apretando los puños, si aquella leyenda era cierta o no, ella seria qui

le dio el poder de quitar la paz de la tierra y de hacer que los ho

olfateo el entorno encontrándose con un aroma repulsivo. Sus tripas se retorcieron, su boca comenzó a salivar, cayo de rodillas, aguantando

ó la elfa mientras se ponía en pie,

ede apestar la

ulo, solo llego al borde exterior. Una especie de b

de convocación, tres ritos de inmovilización arcanos, cuatro maldiciones de embe

tras reposaba su mano derecha en su cadera mi

fa? -pregunto c

ñora -contesto arrogante, bajando l

el caos. No estaría mal ver de qué vas muchacha -comentó aquel ser mi

Sylvanas, devolviéndole la mirada mientras

ora te segu

rpo desnudo aquel hombre, hasta que las sombras nuevamente le cubrieron, vistiéndolo con la misma armadura que la de los caballeros de Carthus. Sylvanas también se vistió: unos pantalones y botas altas ceñidos al cuerpo en conjunto con una co

rendido a vestir... -coment

?, serás el centro de ate

por un prisionero de guerra o un esclavo,

onviene que intenten cortar

por eso, a menos que q

ntras colocaba un carcaj a su espalda y tomaba su arco -, por ahora tendremos

spadón en la espalda y la daga en su

sto Sylvanas, señalando las localizaciones según la

ámonos que hay ba

tañas de fondo y la fortaleza a sus espaldas que aun pareciendo cercana, ya hacía varias horas que la habían dejado atrás; el resto no era más que un extenso y árido yermo. A la llegada del alba, algunas construcciones estaban al alcance de sus ojos, Silva; el mayor centro de comercio en toda la comarca de Carthus y no era para menos, el

í como para que tuviéramos que ca

ngo unos asun

, señorita; bien

con un saludo amigable, señalando a su ve

ias,

tiene una cita fijada en el reserv

guida

in más luz que la de varios faroles luciérnaga adornados en vitrales rojos. Apartado y solitario un hombre esperaba a Sylvanas, tenía una sonrisa su

ga!, ¿has consegui

en ello

atriz que lo atravesaba en diagonal, remarcando su piel morena -. Vamos mujer eres más lista, ¿Quién es ese, tu amante, con el que te estas gastando mi dinero? -pregun

ue la daga se detenía a pocos centímetros de la carótida derecha de Rubik, m

no me hagas hacer u

a su sitio, mientras Rub

er a lo que no

volvemos a la parte

ánto a

ntereses, un millón de mo

r, déjale tu arm

a Kaldar dejar tanto sus armas como armadur

nuevo; creo que pagas

suficiente

rato aquí y aprovecha para hablar con tu marid

e las armas y armadura comenzaron a flo

-nombro Kaldar reposando su mano

ebo de t

pero harías bien en recor

, piensas reclamar tu armadura? ¿t

bik parecía distinto, ya no vestía de tela, sino un amplio manto negro so

anza, tuve que bus

inaremos pronto

ante, voy a

tes, mientras Sylvana luchaba

pret

que me debes y de paso m

i famili

s que los trolls, ¿quieres que me crea que una elfa si

ez más, disfrutando

o o no, yo sé lo que hice; Kaldar

Sylvanas, como una serpiente mirando desde arriba -, más razon

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