Un amor posesivo.
tí que mis sentidos volvían lentamente. Y durante los p
estaba, un dolor mínimo estaba presente en mi cuello, lo primero que me vino a la mente fue que simple
aba por mi vientre y caía sobre el colchón. La habitación estaba a oscuras, lo que me impedía ver quién era el dueño del cuerpo que estaba a mi l
a allí mismo, y desde ese momento me di cuenta de que no era Sebas. Mi vestido estaba abierto, mostrando mi cuerpo desnudo hasta la mitad de mi vientre. ¿Qué había pasado
ndo así la parte superior de la prenda. No había forma de que pudiera cerrarla, porque, por mi cuenta,
rantes, así que tuve que agarrarm
í guiarme hacia el otro lado de la habitación. Cuando finalmente encontré una puerta, la abrí lentamente, para que si se hacía un ruido, se evitara más fácilmente, viendo clar
día pensar era en lo rá
lo quedaba un poco de lápiz labial, probablemente se había desprendido mientras dormía. Mi cabello esta
ada. Pasé mis manos por mis mechones, haciéndolos menos sucios. Me miré en el espejo una vez más y luego me limpié la cara con una toallita que colgaba jun
costado en la cama, durmiendo en una posición incómoda. No estaba vestido, p
r para encontrar mis tacones, que tropecé, porque e
que caían directamente al suelo, porque simplemente me había apoyado en el mueble de al lado y, en
do desper
bien? ᅳ En mi rápido chasquido de sus dedos, pudo ver que no podía decir nada, así que pronto su caminar estuvo en su lugar, lo que hizo que se acercara a mí rápidamente. Eric no tardó mucho en darse cuenta de que yo estaba mirando al suelo,
quise mol
estás miran
señalé unas cadenas y el control remoto que estaba en el piso, antes, al igual que él segundos atrás, me agaché, pe
manos sobre mis hombros y rápidamente soltó mi brazo, que sostenía mi vestido, bajándolo mínimament
cerrando mi ropa de una vez por todas. Por un momento, pensé
la hacia abajo de nuevo, para hacer el vestido de alguna manera más largo ᅳ Eric, necesito... ᅳ espac
-Estaba inmóvil, observand
ije, mirando su mano, más específicamente mis zapatos, que aú
e pudiera decir algo para detenerme o convencerme de que me quedar
o puedo
ía por dónde entrar, simplemente seguí caminando rect
, más helados se vo
guir adelante y salir de allí, me encontré estátic
oso para mí estar en la casa de un extraño. Al m
or qué estaba allí, por qué estaba allí en s
antes de empezar a hablar de nuevo,
en encontrar la puerta, ya que además, p
mbros -lo que me dio un breve susto, ya que al principio pensé que era uno de esos hombres- y de es
llevar a ca