La Reina Vampiro & El Rey Alfa

a responsabilidad de un éxtasis compartido. La pasión entre nosotros era muy intensa que casi podía compararse con una de las antorchas que ilumina

refugiarían mis historias placenteras, con cada uno de mis amantes. Puesto que Edward, no era el único que se daba el placer de llegar al éxtasi

de mi coronación. Y hasta ahora, lo he cumplido al pie de la palabra. La lujuria se desataba en la habitació

l que no había necesidad de tener la música para disfrutarlo como si hubiera una. La única música que nos acompañaba en ese momento era nada más q

se había congelado, no sabíamos qué hora era, ni cuánto tiempo había pasado desde que llegamos al l

respondía sentirse orgulloso de ese don vampírico. Sus manos jugaban con cada curva de mi cuerp

quería llegar a un final. Nos sentíamos como si bien fuéramos un par de almas gemela

agudizaron para permitirme escuchar la aceleración de los fuertes latidos del corazón de Edward. El aroma embriagador de su piel me tenía hipnotizada, tanto así que si él no hubiera sido un vampiro

or su increíble fuerza de vampiro, o sí, fueron así por su ansiedad de placer. Edward dejó escapar un susurro desde sus labio

rna - dijo él, sus palabras sonaban como si

el momento, pero al haberlo escuchado, fue como música para mis oídos, todo porque Edwar

, y nuestros cuerpos parecen haber descansado profundamente luego de este éxtasis. La noche fría se fundía con el calor d

s hasta antes de querer continuar teniendo sexo como conejos por el resto de la noche si así lo q

iración se escucha agitada, y así como yo lo estoy haciendo en este instante, sé qu

mpre serás la dueña de mi existencia - susurró Edward a mi oído co

jaban una mezcla de satisfacción pura, demostrándome con ello que él había disfrutado cada momento nuestro en la cama. Luego, me miró con intens

ave y profunda, como si le costara pronunciar una sola palabra

r y mi cuerpo iba a ser capaz de hacer hasta lo que fuera por complacerme. Yo estaba segura de que él conocía esos pensamientos que yo te

ad, claro, si me era posible. Sin embargo, gracias a que él supo satisfacerme en la cama esta noche, él se ha gan

tante para mí. Gracias por saber cómo complacerme - respondí, dejando que en mi voz se escuchaba un leve t

isca que se apareció de la nada, como si hubiera sido por arte de magia, porque dentro de la habitació

udiera estar perturbando la serenidad de nuestro refugio de pasión. Edward me ha imit

estuviera tanto por dentro como por fuera de mi castillo. Ahora, he sentido como si la noche hubiera cambiad

aquí a averiguar de qué se trata - dijo Edward con determinación

safío de la noche, a enfrentar cualquier peligro que estuviera apoderándose d