Castigando a mi jefe

a y yo, me negaba a creer que para el solo fuera sexo, como solía decir mi mejor amiga Gianni, estaba tan emocionada, ese día cumplíamos 8 meses de nuestro amorío, del cual nadie sabía en las oficinas

para satisfacer sus deseos sexu

comprado para celebrar nuestros 8 mes

e había dicho que era lo que le gustaba de mí, era extraño que quisiera verme en su oficina, si estaba planeando declarárseme, eso era

asas Tiana! —me re

antasear, pronto sería una realidad, me puse

rdar que estaba dejando m

á, ¿se arrodillará ante todos? —me cuestioné

de solo sexo, por fin serán más que eso —Dije mientras mordí m

reservado, a sus 33 años, había amasado una gran fortuna, desde que lo vi por primera vez había querido meterme a su cama, sí, actuar como una desvergonza

a tarde me pediría matrimonio, lo amaba, aunque él no me hubiera demostrado lo mismo, lo había comprobado cu

o la mirada y atención del conductor —

e y feli

eos, habíamos llegado y no me cobró, dij

acias —dij

osa vida —desee agradec

o le hagas ver que ya conoces sus

y otra vez, mientras controlaba las g

ía certeza, mi mundo se detuvo cuando minutos más tarde vi pasar a Theo y hacerme la señal que usaba para que fuera

hombre se ponga de rodillas a pedirme matrimonio —advertí con seguridad a mi amiga al

aminé a la oficina de mi jefe, antes de tocar aco

ez que estuve dentr

mor antes de darme el anillo»

tado siquiera la lencería atrevida que me había puesto par

omo lo estoy yo» argumente ante su

lo importante, cuando terminó en mis glúteos, me limpió y me pidió vestirme, pensé que sería para hacer la propuesta, caminó a su escritorio, tomó un

e diversión —murmuró, mientras j

enso lo

ir que ya no quería que fuera solo sexo, que

que sea correcto como está pasando todo

umpiéndolo—. No tienes que preguntar, yo acepto The

o, sabía que eres una mujer madura y q

quería ver ese anillo, estaba tan emocionada, deseosa de escuchar que me hiciera la p

na y otra vez cada que me estaba duchando, les había contado

unta» —pensaba y repetía m

quedamos, no más sexo, se

abeza como eco, sentí que me caía, intenté preguntar que significaba, pero parecía

Has tomado las cosas como deben ser, me alegro de que no hagas de

d enterraban en mi corazón, haber fingido una sonrisa

arició el mentón—. Tengo que irm