Mi Accidente con el Millonario
iv
mi chaleco. Yo me atrevo a hacer lo mismo. Por todos los dioses, estoy besándome con un hombre mucho m
nta Kosta, con una sonrisa
uy atractivo, y yo de verdad no te miento cuando te digo que no soy ese
nalmente llega a mi nuca. -Tenemos que despeinarte un poco. - Entonces comienza desatar mi moño. - Te mentiría si te dijera que tampoco soy ese tipo de hombre, y no quiero que me tomes
he dejado de creer en el príncipe azul. Algunas chicas como yo no estamos destinadas a ser el amor de la vida de nadie. Me he dado por vencida, y esta noche, despué
Mis manos vagan por su espalda ancha; por un momento, recuerdo al padre de Bruno, tenía una espalda atractiva como la d
en definido que está el hombre. Tiene el pecho lleno de cuadritos, aunque su estómago tiene un poquito de grasita, es una combinación
espondo
e, mis manos lo detienen en un instinto primitivo de vergüenza. - Relájate, Livie, te d
s, o de las estrías alrededor de mis
todas tienen su porción de esas cosas. Es parte del cuerpo femen
toque de los suyos. Mis dedos exploran su cabello, deslizándose con suavidad,
azón late con fuerza, y puedo sentir la intensidad de la conexión entre nosotros. En este inst
me en ropa interior. No es nada memorable, un sostén negro de encaje, con unas bragas y un short del mi
uda. Tiemblo cuando se lame los labios y sus ojos se oscurecen de d
su mirada feroz? Es como si fuera un lobo, y yo el corderito listo para el sacrificio. -Te verías hermosa con un co
anos recorriendo mi cuerpo, en su lengua jugando con la mía. Sí, sí, eres una delicia.
mis piernas se envolvieron a sus caderas y mis brazos a su cuello mientras rezaba porque sos
e presenta sábanas de algodón egipcio en un delicado tono crema. Cojines decorativos en tonos
se arrodilla frente a mí, quitándome los zapatos de tacón, me besa l
s. Kosta se subió a la cama y me quito la ropa interior, ahí estaba yo, totalmente expuesta ante sus ojos. Vi