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Cómo declararte a tu crush... Sin morir en el intento

Capítulo 2 UNO

Palabras:2820    |    Actualizado en: 17/10/2023

eses d

llos de la preparatoria están repletos de futuros uni

án. Quienes somos estudiantes promedio, estamos a la expectativa de los resultados de las distintas universidades

as universidades más prestigiosas, no importa si es pr

arse, iniciarán la vida laboral en el negocio de sus padres que antes de pertenecer a ellos perteneció a sus padres. Otros buscarán trabajo en uno d

na igual, nuestros

ra, la chica rica y popular más codiciada del año, le fue infiel a F

una sorpresa, muchos creíamos que terminarían casándose. Vistos desde lejos, parecían una pareja estable, casi como amor verdadero. Los rumores volaron, algun

ella. Los únicos que saben r

con los Dorados Anteles, un equipo de soccer profesional que ad

edirme perdón, pero en cuánto lo reconozco aparto la mirada y finjo que no pasó nada. Estela, la otra chica que salió, ni siquiera

cil con la popularidad, lastimosamente la natación no ti

n profesor que tiene toda la pinta de querer deshacerse de ella. Joelle es la capitana del equipo de matemáticas, fue subcampeona en la Olimpiada Matemática del año pasado y la c

s de mi mochila y

o, pues todos están en el estacionamiento charlando animados, despidiénd

l suelo. Miro sobre mi hombro para cerciorarme de que no hay curiosos

arle una idea a los alumnos del futuro cómo éramos veinticinco años atrás. La idea me pareció emotiva en aquel entonces. Incluso ahora suena interesante la idea de hallar un dibujo o una ca

ervo triunfante y la guardo en mi mochila. Nadie se dará cuenta si hace falta, como sea, hay demasiadas cosas interesantes. Ayer que decidí recuperar mis videos pensé en suplantarlos

ia de cada crush que he tenido. En aquel entonces tenía el corazón roto, posiblemente tenía depresión y mi vida se había ido al carajo. Pensé en ello como algo digno de película: La típica chica que se declara a sus

saber que alguien conservaría

o personas vale la pena. No merecen ni un video, así

y la vuelta y camino h

a se la mete a la boca sé que se trata de una manzana. Se siente la alegría mezclada con nostalgia del fin de curso, esta vez el fina

Br

Es una chica alegre, optimista y cariñosa. Tiene ojos verdes y cabello castaño el cu

ante una convivencia nos peleamos por el último vaso de helado de choco menta. Gané, y aunque a Demi le gusta alardear q

so, yo accedí a c

ica con la que habl

ufa y voltea los ojos―. ¡El examen!

encojo de hombros

rás y alza los pulgares―. Anímate Bris, yo creo en

acia de una bailarina y se al

icar para la universidad, siempre quise ser fisioterapeuta, le rehuí a medicina porque los hospitales me dan miedo, pero una clínica de re

que al menos quería intentarlo. Y Demi es la única que lo sabe. Mi hermano lo sospecha, pero mis padr

trabajadores lo usan y algún que otro curioso. No es el más bello ni mucho menos, pero treinta metros abajo pasa un río. El agua ya no fluye potente como antes, l

menos un automóvil. Los barrotes se supone que son de colo

el examen para la universidad y así al menos tendría algo seguro o entré o no entré, fin. Ahora, mientras veo el paisaje, los nervios me carcomen porque sé que hacer el trámite a último minuto fue un e

estejando y otros estarán lamentándose. ¿A qué lado de la balanza me inclinaré yo? No

50/1500 Aspir

guien a quien compartirle la buena noticia, pero estoy sola. Vuelvo la atención al teléfono y pulso sobre mi folio. Me redirecciona a ot

gica, de pronto me han entrado unas ganas tremendas de llorar. Para evitar que alguna lágrima inexplicable haga acto de presencia, me centro en mi anto

pero no todo es color de rosa; todos nosotros lo sabemos. Les diré, debo hacerlo y mi

de un pendi

años, si mis padres se enteran seguro me matarían, pero he agarrado práctica y jamás me ha dado miedo caer, es como si esa pos

el aullido

do, cada inseguridad y un secreto. En aquel entonces quería que las historias perdurarán, que alguien del futuro las valorara. Que mi recuerdo no muriera y que tal vez alguien recordaría que yo, Brisa

o vale la pena sufrir po

te un minúsculo segun

Al

nos ojos oscuros que no lucen muy contentos. Justo detrás de él, estacionado, hay un bochito amarillo. ¿Y e

, soy André

o más ridícula, ¿se supone que quedó en v

s en alto—. Sé que a veces todo parece malo, perdido y qu

por los sentimientos para grabar un video. En respuesta sólo encojo los hombros;

Y créeme cuando te dig

ada sobre un barandal, si doy un paso adelante, me caigo al precipicio y además no tengo exactamente una cara de felicidad. T

al barandal, no se sube, sólo s

ista de él, abajo, el

detalles que te hacen v

ido del agua correr, el viento bailando entre los árboles o simplemente

pero brusca. Si verdaderamente me quisiera matar, dudo que la charla

se alegrará de

hermano y

regalarle una sonrisa ladea

cajeta que pre

eo que funciona, pues el tipo me sonríe y as

da —la sonrisa del tipo es agradable, me

acepto y bajo del barandal. Sin querer tropiezo y pierdo el equilibrio, pero André es rápido

olo quería sentir...Solo estando al borde

palabras. Eso totalmente suena deprimente, aho

ligroso, pu

de él―. Fue irresp

ño, se voltea un p

―manifiesta inseguro―. Pero aun

arlo me acerco

rfecto ―extiendo la

enial, conozco a alguien que tiene un bochito amarillo. Mientras busca las llaves en su bolsillo, me volteo rá

s ―y mejor porque me daría miedo irme c

, intento no admirarlo indiscretamente, tampoco

s incluso irónico ¿cómo alguien que le exi

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