TE DECLARO MÍO
ión. El camino entre la puerta de mi apartamento y mi cama, puede ser seguido fácilmente a través del
nte en mi cama y tiene al aire ese grandioso trasero trigueño
ro ya entrados en materia, he conocido hombres más creativos en la cama, est
calor, así que me levanto, preparo café y despierto a mi amante, qu
na el café caliente sobre su piel -¿Estás loca? ¿Cómo se
tan mal elegido y yo que pensaba sa
te -yo solo quería consentirte un rato y por eso te hice café
e mensaje a Roberto, mi hombre de conf
se y limpiarse del cuerpo todo lo que debe ser limpiado (y eso incluy
aza por la espalda completamente desnudo y mientras besa mi cuello, se escucha que están abrie
to, con su casi insuperable 1.9
es automáticamente se separa de mí y me mira con horror
ntras con la mirada busca en el
a ropa? - grita Roberto, mientras corre supue
- le digo tratando de esconder la sonrisa que am
habitación, para que no tome a Lucien, su bate - le digo y tomo rumbo a la habitación con una sonri
grito dramáticamente ape
que estaban en la sala. Miro de manera divertida al arrume de ropa y levanto mi ceja como pidiendo un
de un ataque de risa, es tan revitali
regunto una vez que puedo ca
o tus excentricidades, así que lo mínimo era dejarle la cam
nuevamente rumbo a la cocina, para
de la mañana - y se sienta en una de las b
o fuera de mis padres a qui
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uno de los lugares más exclusivos de la ciudad de Los Áng
lencia y drogadicción son altas, haciendo que nuestro eslogan "apoyamos al talento, no la escuela"; sea bien recibido entre la población de escasos
este tipo de comunidades, así que no me siento culpable por lucrarme de este negocio, al fin de
gusto con mi cuerpo como en este momento. Tomo la pequeña cartera y me dispongo a ingresar al lugar en compañía d
ante las rumbas dependiendo de que tan buenas vibras haya recibido esa noche, algo muy beneficioso para mí. Lo veo terminar
a el
todas tus inhibiciones, así que debo darme un par de cachetadas mentales para no ir directamente y sentarme en
so. Salto enérgicamente al compás de la música y con la copa en la mano hago un brindis en su dirección haciendo que la s
on una mirada de poco interés, lo cual hace que despabile más mi instinto de maldad. Nadie me mira de esa mane
me llevaré ese bombón y cambiaré esa
a una de mis acompañantes, quien le sonríe coquet
a de un solo sorbo -¿Qué hacen tres hermosas damas solas e
! ¡Siiii! - grito levantando la copa para que todos bebamos al tiempo, haciendo que mágicamente
bar la expresión de su rostro
y luego trae junto a mí a su acompañante de mesa -Tu mirada te delata, así que aquí está mi regal
el condenado hombre me cae bien,
lir a bailar a ella le gusta - y centro mi atención en unos
ino. Richard Brown es un hombre en sus cuarenta y tantos, no está físicamente mal, pese a que tiene un po
o o la gano, pues ya estoy lis
Taylor y tiene una fábrica de enlatados, no puedo negar que aunque t
divertida de su persona, el licor y el baile comienzan a hacer lo suyo y r
espero que este si sea bueno y no pierda