TE DECLARO MÍO
te no es el lugar para eso. Después de intercambiar teléfonos con mi nuevo mejor amigo, el señor
to - le digo mientras
introduce su mano bajo mi falda -vamos al Beverly Hills Hotel - le dice con voz
contesta el sujeto, pon
do atención, mientras una mano excesivamente juguetona, pasea sin correa ent
paña todo el trayecto hasta el lobby del hotel, allí una chica muy sonriente, le entreg
? - pregunto mirándolo de reojo, mie
stá prácticamente desierto, así que aunque aquí debemos guardar las apariencias, por
el mundo sabe que los ascensores de la zona VIP no tienen c
erta zona de su anatomía cobra vida mientras se frota contra mi trasero -sonrío de solo imaginar todo lo que estamos a punto de hacer - y aprisiona si
tiva, que ya estoy incómoda con el exceso
ndiendo - atino a decir mientras la puerta del elevado
brillo de sus ojos, me dice lo s
labios aprisionan nuevamente los míos y nos enfrascamos en una lucha de poder, por una supremacía que no puede ser definid
la mía; mis dedos se enredan en su cabello y ayudan a marcar el compás inicial, hasta que los dos requerimos un cambio de ritmo. Mis
uerpo con la presión necesaria para hacer que mi piel se erice, para luego terminar su recorrido en mi intimidad. Mis
nuestros cuerpos se perlan. La experiencia es un ataque a mis sentidos, no supe como lo hizo, pero la
l es más que respetable, sino con su técnica, sabe perfectamente dónde tocar, cuánta presi
in limitación alguna, inspirándome cada vez más, la amalgama de sonidos que este ho
es termina tan cansado como yo. Dormimos muchas horas
sombra de una barba. Este hombre acaba de lograr una h
y terminan perdiéndose por la línea que atraviesa sus
pan nuevamente y m
xima ronda - y pude sentir como hace el amague de
i mente está nuevamente concentrada en temas más placenteros, que los que pude ofrecerme e
no, por lo cual pude leer el nombre de Richard Brown en la pantalla. Le entr
y no resistí la tentación de hacerle algunas t
e ver hoy - me informa antes de cont
︶︶︶︶︶︶
seo de fin de semana que quiere Richard, pero nada impide que en ese
azo derecho, algo difícil de imaginar cuando lo miré por primera vez con traje formal en la sección de re
revista, pero tiene esa constitución ósea y el porte que hace
ra de mis labios, cuando mi
y ahora la intervención de un juez no podrá hacer que me aleje y le ponga lí
- y paso por su lado palmeando