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Si decidieras amarme ©

Capítulo 3 2. Álvaro Bergara

Palabras:1137    |    Actualizado en: 01/09/2023

e!— me dijo mientras se acercaba a

olía, era un olor muy varonil, tan refrescante

mientras me dejaba embriagar por el olor de su colonia—. Pensaba

ue, pero hace dos meses que lo

ento mucho… ¿

lo he pasado bastante mal, pero ahora ya lo he superado casi por completo y estoy mucho mejor. He decidido dedicarme tiemp

de ser difícil comenzar de cero. Además, Álvaro tenía mi edad, treinta años, así que aún era joven y tení

ir al almacén a coger las cajas en las que venían guardados los alimentos y productos y dejarlos después bien ordenad

de decir mi compañera Miriam— Además, ahora es

riam, si quier

ale si está con alguien o si esta interesado en con

as de alimentos y productos en las altas estanterías del almacén, así qu

primer día?—

ués de tanto tiempo pero no, esto es como montar en bici,

ecírselo o no—… tengo una amiga soltera con la que harías muy

ímido— Gracias, pero ahora no busco estar con nadie, quiero dedicarme tiem

como q

juntar con tu amiga?—

decides a conocerla avísame, que le hablaré bien de ti. Le diré que eres un chico muy simpático, divertido y muy trab

nso, quizás me excedí un poco con los piropos. Suelo ser una persona bastant

iriam con gran interés al verme vo

no está interesado en conocer a n

mó un tanto indignada— No pasa nada.

— le pregunt

este viernes vamos a hacer una pequeña cena tod

ver si puede quedarse m

ñero! Hace tiempo que no s

marido que se quede con los niños este vierne

uscar a mis hijos a la escuela de verano. Ya en la calle, vi que Álvaro est

e pueden irse una hora antes a casa— me di

si quieres reducir tu jornada de t

ás difícil…— me dij

ya lo verás. Y si no,

spedí con la mano para irme y dejarle intimidad para hablar por teléfono,

viendo hace unos días en este barrio, así tendré el trabajo al lado de casa. Ahora estoy viviendo en e

os calles de aquí, ¿que casa has

tres calles de aquí, justo detrás de la tuya. ¡Así que va

dije a la vez que miraba mi reloj, porque como ya temía se me hacía tarde p

u trabajo. Yo lo seguí con la mirada hasta verlo desaparecer entre la multitud del s

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