2084 en mi Razón
color. A lo mejor el tiempo ha contribuido para que se vea de esa forma
areciera hacer ver de distinta manera sus rostros.
abe por qué los nubarrones siempre se colocan en el norte del cielo. Lo cierto es que se está enc
En nada se compara esas habit
esta ciudad casi distópica que real en sÃ
so. Aquà ni los
pues si no en unos cuantos escasos dÃas, los
o que nunca. Luisito a como dé lug
tan contento, sus amistades han quedado en una pavidez incontrolable. Lo que n
trepidando del frÃo a sus amistades, les h
0 horas llega sin tener casi nada que ofrece
ocos del alumbrado de afuera las gotas de lluvia caen precipitadamente. Si no fueran por
vados por el agua a su otro destino. Eso no pasa y no tiene por
constantes. Luisito y CompañÃa tan solo lograron subir al tercer piso y
vieron como un abogado junto a su amigo estaban copulando como
o la chica cay
ó que fue p
a lo mejor le ilusi
llos a lo mejor t
nada y prefi
estaba carente de si
, vieron a los jóvenes que entraban y se quedaban mir
los les era incómodo que
para impedir más incordios, ellos fueron al departamento del quinto piso que les esperaba para darles un b
pantalla muy grande al frente de ellos, la sala se presta
e abajo estaba más buena que la del
alle: Sà pero qué que hiciéramos tampoco iba a so
e que sà Viña. A aquella morrita la conozco
lo GarcÃa tan
eguimos hablando de calenturas muchachos sà en este f
o sonriente. Tras mirar a Leo y ver que intervenÃa, gabito abiertamente señaló: Oye GarcÃa
ato y poniendo el rost
l frÃo, hay menos probabilidades que sientas unos deseos sexuales insaciables e in
siempre se calma asà ese deseo. Más adelante detallaremos a fondo las otras maneras de como se puede lidiar con ese fuerte impulso
sofo!, exp
demos llevar mejor nuestras
da Luisito se prestó a
s literales o fantásticos, Steven
ar: También está tolstoi o dostoyevski y si
no, mantu
dónde conocÃan tanto sus amigos. Hasta ahora no comprendÃa por qué aún
s amistades tenÃan una op
ortaba asà porque se pasó muchas hor
iejo que era militar era muy estricto y rÃ
fin creyó que eso se debÃa porque tra
más probable y algo asegurable e
e trauma sÃ, pero hasta sus 19 años y que sus padres profesionales no le de
aron esos videoconsolas unas noticias que llegaban desde