Tiempos de Venganza - Mi Insignificante Secretaria 2

equeño candado sin hacer ruido y lo abrió con cuidado. En su interior encontró varias tuberías, la mayoría eran d

que más trabajo le costó fue perforar el piso de la casa porque lo hizo con un taladro de mano, poco a poco para no hacer ni

el único que no se sentía cómodo era el viejo Randall Hamilton, pero luego de d

……

ño a

mpo, no era uno de esos edificios viejos y de aspecto medieval de algunas prisiones en los Estados

envejecido de golpe y había perdido gran parte la dureza y el orgullo, no se puede ser una

pandillas. Sin embargo corrió con la suerte de que una de las jefas sintió algo de compasión al verla humillada por las demás reclusas, y decidió intervenir

os. Estaba muy delgada y demacrada, la lozanía de su rostro se había perdido sin sus costosas crem

era un volcán de rencor, el odio que sentía hacia Randall Hamilton solo se había incrementado con los años, nunca lo había ama

mbién pagaba reclusión en otra prisión, por eso se extrañó cuando una

ro expresaba una t

eó la cabeza con disgusto— Alguien de

frontal de la prisión, donde se encontraban las oficinas, el dormi

redes de ladrillos a los lados y por el frente tenían un cristal a prueba

ía a la persona que estaba del otro lado. Su cerebro pensaba con velocid

arrugando el entrecejo— ¿Randall Hamilton

mbre adulto de cabella entrecano y liso, elegantemente trajeado y con un costoso anillo d

un aire familiar que le recordaba algo o a alguie

tra demanda? —sus labios

uminó y una sonrisa se le marcó en el rostro al reconocerla definitivamente, eran muchos

el elegante sujeto, este le sonrió

e? —el timbre de su voz despertó

eben haber pasado muchos años desde la últi

, su sonrisa se torció un p

pichoncita" me re

ción mientras se inclinaba hacia adel

con voz qued

amor, sólo q

s en su mente se formaban una gran cantidad de pre

ncontraste? ¡Han

, pero creo también que la

n detalle lo que ha

s momentos juntos, porque ese primer y verdadero amor pareciera no morir nunca. Estuvieron

cesario abordar e

nto, Ivonne? —preguntó

e Ivonne Coleman y un rictus de rabia

dada —dijo

—graznó Grassman con la m

ue había estado dormida en los últim

itud— Pero ya veo que va a ser posible —la sonrisa

ó Grassman e Ivonne sonrió a

? —dijo entendiendo las r

ntando investigaciones y los informes deben estar en mi mesa, ten

o se extendió por sus facciones, pero la sonr