Sin miedo Contratémonos
ededor tenía importancia, contrario a lo que siempre disponía, en mi manía de organización. Hoy mi pensamiento estaba al lado de mi gran amor. Por esto
a a su príncipe disfrazado y son felices. Sonreía como una tonta mirando
rita -me infor
yudada por el chofer, aún sin que nadie apareciera a ayudarme o recibirme.
aba
existía un alma y has
speraba en
Massachusetts, Estados Unidos. La mejor escuela que encontré, Harvard, para hacer mi carrera de administración de empresas y poder manejar la enorme fortuna que me había sido heredada. Y lo hice de incógnito, lo cual me permitió tener una vida como una persona normal. N
tos. Me senté a su lado al ver que su mesa estaba vacía, y sin dirigirnos la palabra jamás, estudiamos todo un semestre así. Y a pesar de que no hablábamos, creamos una complicidad entre los dos, y nos ayudábamos mutuamente en silencio porque estudiábamos lo mismo. Hasta que u
s casart
¿
asarte conmigo? -r
ía removido completamente. ¡Era mi primer beso! Él seguía m
S
lo haremos en
a otra semana! Además, viene m
s una h
esposa de mi papá
lo que te estoy pidiendo que te cases conm
acue
Seguimos entonces siendo novios, y nos enamoramos perdidamente. Estábamos hechos el uno para el otro. Lo único e
cirte algo ant
dos. De mi parte, mi padre, la bruja de su mujer con la artificial Valeria. De su parte, un abuelo y un hermano mayor. De ambas
jara. Él se veía que era muy pobre y orgulloso. ¿Y si me deja en la iglesia cuando sepa quien soy? Era la
y -expliqué al ver como se habí
ó muy serio- lo haremos en nuestra luna de miel. No importa quien
que pensé que mejor te lo decía hoy, pero si prefieres esperar, por
hizo el
hay pr
speraba allá, porque su auto se había roto. Luego, cuando me dejó frente a la iglesia me sorprendí. Es cierto que no había ido a ver nada, pero no recordaba que mi amiga me hubiese
onto, la puerta se cerró con un gran sonido y el humo del fuego comenzó a inundarlo todo. La horr
que había comenzado a quemarse junto conmigo y me arrastró hasta la puerta la cual no podía abrir, me pidió que lo esperara que iba por algo
para que me deje tranquila. Para él, yo escapé de mi boda y me escondí por muchos años. No sabe nada de lo que me pasó, solo que Hugo se retiró de la boda al descubrir de alguna manera que la
tentemente, hasta que al fin me levanto de un sillón en el balcón de una
ol
idad M
¿quién la
de casarme contigo? ¿Se te olvidó cómo me recha
? Está equivoc
Est
steban? No conozco a
conoces? ¡Soy Esteban Duarte, el prometido que escogió tu secretaria para casarse hoy contigo! Ja, ja, ja..., ¡esta
eres? ¡A mí lo que se me sobra
tuviera tu asistente haciendo entrevistas para buscarte
a tu conocimiento, mi prometido está ahora mismo aquí a mi la
amiga y mejor amiga Viviana, acaba de entrar a
¡Viví...! -le grito a mi
dije que esto así