Los secretos que nos separan
podía perder esta oportunidad de ver
e te preocupes por mí — replicó ella dispu
al, impidiéndole cerrar. —No tiene por qué ser así....
des, no es tan
mpió el pequeño, tiran
airon reacci
Mara, levantando a
familiaridad en los grandes ojos negr
ños tiene?—
intentando de nuevo cerrar la puerta, pero se encontró c
años tiene..
ra enseñarle a decir sus años, levantó tres dedos en el aire y sonrió orgulloso.
re?—, dijo Dairon
— protestó Mara y volvió a empujar la p
ió hacia su amiga. Cogió al niño de sus brazos y lo dejó
conderlo, Mar
nadie. — discutió la joven limpiándose
imos años también ha tenido su buena ración de d
untó Mara arque
padre..... bueno, tu padre... — bajó
acer para cambiar eso, además no quita el hecho de lo que
rlo todo... pero le estás quitando la oportunidad de conoc
ntinuó Mara, reviviendo lentam
z. — Es perfectamente normal, no te digo que te acuestes con él, sólo da
edado solo... pero ese no es
—Según los rumores, su empresa no
que esté pasando en su vida es su problema,
cuidados y los médicos le recetaban más medicamentos. Entre las facturas
ice se vio obligada a volar a otro país para atender las demandas
a, en el mismo pueblo donde creció, Mara se asfixiab
uevo. La duda y las matemáticas en su cabeza le obligaron, más que el a
Bajó corriendo las escaleras temiendo que el ruido le despertara y abrió la puerta s
quí?—, protes
ue decirme
tembló, cruzando los b
es mi hij
ó y se dio la vuelta
or primera vez en muchos años. El corazón de Mara amenazaba con estallar en cualquie
lmente mientras le mirab
mi alma te echa de menos... vuelve a mí... No he podido encon
si débilmente, bebiendo el cálido a
que no
mo. — sus
o me deseas. —acercó su
deseo...— tar
as?— preguntó él y la env
r de sus manos acariciándole la espalda y la humedad de su boca, pero el
nte de él, empuján
.. No puedo
erdad de una vez. —Da
decirte...— .... S
rdad. ¿Es o