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Nuestra Familia

Capítulo 8 Intruso sorpresa

Palabras:3752    |    Actualizado en: 19/07/2023

ssan

sa situación tensa entre su padre sobre protector y el chico al que le gustas. Mamá observaba a los dos machos marcando territorio la mar de divertida; resulta que lo más gracioso es que ambos se c

uiere dormir una sola noche más solo, imaginaros la cara de mi padre y mamá aguantando la risa, mis nervios los siento a flor de piel porque él es el primero en todo, aunque desde que fue nombrado alfa no hemos tenido mucho tiempo para compartir. No me quejo me gusta ver como se preocupa por lo

admirados y queridos por cada uno de ellos, los más pequeños se cuelgan de ellos cuando los ven aparec

a en mis tímpanos, la apago rápidamente levantándome de un salto de mi cama, no quiero que se me haga tarde después de una ducha rápida de diez minutos, obser

egremente preparando unas ricas tortitas

ndome a la boca un trozo pequeño de la fruta. –¿Cómo estás? –él so

ariño. ¿Y tú

vantado? –pregunto curiosa al no

co tenía que ir a la c

hará

más tarde acudir a una reu

reun

nada que eliminaron en la última guerra para salvarlos? –asiento y prosigue.–Matías, debe

Solo significaba una cosa y era que él se acercaba; efectivamente así fue en cuando oímos tocar la puerta de casa, papá de

en cuanto me tomó por la cintura acercando nuestros cuerpos. Cuando fuimos interrumpidos por un carraspeo tras nosotros, mis mejillas se tornaron rojas como cuáles to

pronunció Matías rompien

una manera exagerada acentuando cada palabra acomp

as acariciando el dorso de mi mano, me giré hacia pap

papi, porfa regalame una sonrisa antes de irme. –me separé del abrazo poniendo ojitos de

cuida de mi pe

de la mano con grandes sonris

estás? –lo salud

, cuñada muy

nia

locando su mano libre en mi nuca atrayéndome hacia sus ovalados y apetecibles labios deshaciéndonos en un afectuoso beso. Me despedí de los chicos, y me reuní con mis amigas, para entrar juntas; somos

dice Jessica estruj

pondí repartiendo un beso

ase? –pregun

nes juntas este fin de

solo chicas.–añade Samantha dando

–dije interrumpiéndolas, escudriñándome con la mirada gritan al

grupo. Hacíamos unos deberes de cálculo cuando el timbre suena indicándonos que teníamos que ir a la segunda hora, recog

idad y picardía, pensándolo bien a pesar del

un tartamudeo, deseando que no vuelvan

? Eso fue más que de amistad, no nos dejes así

os ojos, y añadí:–Me gusta muchísimo ¿conten

a sobrevivir a un ahogamiento involuntario; no me esperaba esa pregunta

unto estamos, además hay otra cosa que aún no...–y co

mo un auto reflejo le dí un golpe leve en la

lió! –dice haciendo

ondí molesta.–Sí, aún soy virge

ionar eso ahora mi

alguna de sus trastadas. Cuando percibí ese aroma que me tiene loca, me giré divisándolo recargado en su casillero conversando con

tidifus; aparté a esa egocéntrica a un lado, estampando un beso apasionado, no permitiré que ninguna oportunista me lo quite. Matías reaccionó de inmediato ante la atenta mirada de aquella estúpida, los chicos de la manada y mis amigas; tomándome con delicadeza de la cintura pegando mi cuerpo más al suy

atías en un g

o gruñido, sin apartar la mi

ullosa por supuesto, no tengo porque dejar que me pisoteen o quieran quedarse con algo mío. Fui int

uarto. –dice la voz chillona que me hizo retroc

a estúpida quien mand

en un gruñido cerrando m

erta, sacando a las chicas del lugar más tarde les agradeceré eso. El

cuchaba a mi alfa. Esta tipa no iba a dejarme en

ella, pero unos fuertes brazos me int

ir de él. Pero estaba más que furiosa porque mientras mi ausencia en el instituto, Alana quería llevárselo a la cama y él no me había dicho n

s que parecían conversar por link, t

í Matías, no te preo

taciones de las clases

clases que no tenéis juntos.–añade Paula. Co

el mío; clavó su mirada en la mía, perdiéndome en sus profundos ojos agua marina, gruñó y me besó ferozmente, me gustaba. No dijimos nada solo nos dejamos llevar éramos él y yo, no puedo explicar lo que nos ata solo lo describe una palabra, mágico. De un momento

o tuyo? –no respondí, me limité a o

ndome de sus piernas

sa? –vuelve

ba llevarte a la cama?–le reclamé, se hizo un silencio incómo

o mi piel, haciéndome sentir una electricidad agradable recorrer mi column

ndiendonos en un efusivo beso acallando mis rec

rada lujuriosa sobre mis curvas; colocamos nuestras cosas a buen recaudo y solo fueron cuestión de segundos para estar sobre nuestras cuatro patas. Él se acercó a mí pasan

os chicos llegaron desde el instituto, papá y Scott desde la aldea; nuestro olfato captó el aroma de alguien más, llenándonos de confusión. Nos observaba a lo lejos, cuando Mat

nadas vecinas. Quise ir a ayudar, pero en su afán de protegerme se negó rotundamente recibiendo el apoyo de mi padre.–Grrr.–les gruñí a ambos marchándome molesta a casa de mis padres, donde muy aburrida pa

aces aquí? –preg

erte ¿Cóm

rte en su casa con su pequeña? –y la sal

adre es el que me permit

nado? –p

cena? –dijo y ase

a todos, mis padres segurame

romas y risas, efectivamente papá y

n? –pregunta papá s

con nosotros.–parece que habían llegado c

***

osque, la aldea est

en

hija? –pregunta Mireya al

he encontrado, pero me ha sor

tas? Tu querida hija es otro perr

sta a mi mujer e hija en Nápoles; mientras las buscaba me encontré con dos v

mportándome muy poco le colgué enojado la llamada; manteniendo vigilada

***

con Matías esta noc

y mamá no paraban de reír. –Vete ya, si no quieres que te mande a tu habitación.–dijo divertido. Y como un res

la inocente, sonriendo me lanzó una camiseta de

rcarte. –dijo sin más,

iensas?

e marques?—pregunté tímida, traga

ventaja si en algún momento no estás conmigo; si algo malo te ocurre podré saberlo

e sé defen

de pensarlo...–se cristalizaron sus ojos conteniendo las lágrimas que ame

irse paso a su boca; soltó un gemido ahogado acercándonos más. Besos, gemidos, caricias, mordidas, gruñidos, chupetones todo en ese

ieres...–afirmé con un sen

nuestros cuerpos, dejándonos completamente vu

e pies a cabeza, cuando llegamos a los pies de la cama, me dejó caer

aldea; avisándonos que había un visitante no deseado en nuestro territorio. Matías no tardó

ue nos amenaza.–ya no es el chico dulce de hace dos segundos

que sé defende

ce en tono autoritario. Saliendo de casa pudimos ver un albor

amá? –pregun

enté detenerlo, pero no me escu

ás de

mi mundo se vino abajo, no podía se

andra quédate con tu madre por favor Kenai, Áurea,

rdos del pasado invadieron mi mente bloqueándome, cuando quise darme cuenta, Matías, Scott

acaben con ese imbécil de Henry, asi no tendré que ver su asquerosa cara

ria

ida; cuando diez minutos después oí en gran estruendo, tomé inmediatamente unos pantalones cortos que tenía

cia la entrada de casa, mientras ella intentaba oponer resistenc

Sal de mi casa

do a Anna con arrogancia. Empecé a empujarlo una y otra vez

mas que el “ella es mía” para enfurecerme. Ella no era de él, ella era mí

na, al verla de tal manera tenía mas que claro que éste debía

ré a por nuestra hija.–¿Cómo se atreve

ble muerto y yo me encargaré de eso. Corrí entre árboles perdiéndole entre la inmensa oscuridad de la noche, como sospechaba salieron de sus escondites tres o cuatro vampiros más rodeándome en medio de un claro dejándome sin posibilidad de escapar; intenté defenderme pero al distraerme matando a uno de ellos, otro me atrapó por el torso apretando fuertemente partiendo a

ermosa hija la acabaré haciend

e un pelo de su hermosa cabecita a mi pequeña.

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