El bebé de mi cuñado
rda m
jo, nuevamente el Bus le había fallado y solo faltaban 5 min
rque había aprendido la lección, se quitaría
mpresa hecha un rayo. Mientras corría hacia la recepción, la hebi
largo hilo y descociendo la blusa- No no no- Negó mientra
- Gritaron
cia adelante ya había chocado de frent
e se había hecho mostrando el inicio de sus pequeños pechos y su brasier rojo. Si, era rojo,
minas, inútil?- gritó una m
o lo
ella e intentó levantar
soltó y la mujer volvió a caer. Se escucharon gritos de sorpresa de fondo y
e con ondas perfectamente hechas, un cuerpo despampanante, la envidia y el deseo de cualquiera, con unos pechos grandes y redondos
aba unos tacos aguja color rojo muy empinados
to señorita, es qu
jo. Con disimulo Helena tapó su escote con su mano- La próxima v
a, golpeando su hombro con fuerza y alejándose con
erzu
r desconocida y caminar hacia el ascensor. Aún tenía dos minutos para presentarse, debía pasar prime
or y miró su bl
ascensor se detuvo y se abrieron las puertas. Helena volteó rápidamente, al
lirroja, tratando de ser a
retó el botón del último piso y se apoyó a u
muy cerca y no pudo evitar temblar al sentir el perfume carísimo y afrodisíaco del hombre que la
y su rodilla tenía la herida cicatrizada del accidente. Sus dedos se movieron curiosos, querían tocarla, pero los cerró con fuerza contenien
án rio
fastidio la mujer, sus palabras s
mo una persona con educació
u mirada almendrada de pupilas lúgu
demostraría
s que me interesa
e?- exclamó indi
te crees la
elante de ella, encer
éja
ma lasciva, mostrando s
a?- Levantó su mano- ¿Crees que me muero po
te a
la mano de Helena estirando la remer
tas del ascensor se abrieron,
amente, con una gracia q
Se
a la mujer rubia, que ob
ntes- exclamó con tranquilidad
a mirada intensa que hizo temerl
ace acá
ro a Helena
se co
ó en la
ajo, parecía que la mu
ecretaria- Sen
Verdad? ¿Es
ensor y Helena caminó d
su nombre-
la pelirroja, tragándose s
Katlyn Walker, la prometida de Sebastián. - Luego la s
n obvio que un ogro como él solo p
uirme?- gritó Sebastiá
hondo y corrió
n los contactos de la empresa y en este progra
pero Helena no podía dejar de mirar de reojo a Sebastián, que la ob
edo
as graci
mbre, cualquier
ias C
entrarse, los ojos acosadores de su jefe se clavaron a la distancia en su pecho. Abrió
perverti
las empleadas de su prometido. - Si ella, Helena D
mación en los archiv
ker se postuló para el puest
eguir el puesto? ¿Se a
uceó sin sabe
ursos humanos rech
acostó con él
señor Aller insis
hablamos de e
seño
eñ
to, seño
ller!- Grit
venir y robarle a su prometido con su cuerpo
de golpe y buscaba algo por todos lad
lo ayudo
la puerta
dientes, por lo menos de esa
e mier
lletera, no recordaba haberla agarrado po
úmero de s
e estoy llamando!!- Gritó al teléfono- Busca
uviera su cartera desearía no