El Ceo de mis pesadillas
e ayer también llevaba una tableta. No me
a sin apartar los ojos de la tableta que
ojos y deja de cho
e clavaron inmediatamente en los míos. El enf
tú! ¿Me está
bur
aría! Le devo
e tu Tablet. Chocaría con ese pilar y lo sig
idamente, dirigiénd
masiado ocupada esperando mi entrevista. A las 10:00 en punto, la secretaria del departamento d
tor llegar
de salir r
o con un traje bien planchado entró en la sala con un expediente en la mano. Me levanté y recon
or de recursos humanos de A. M Center. Llámame Jeremy, se p
reché
cer es mí
precisament
lla de enfrente y se sentaba. Sus ojos marrones b
rector creativo que sacó a la luz Groove Tech sólo como becar
n conseguir el trabajo, pero no podía
encanta hacer, así que me esfuerzo
ó con la cabe
a nuestra entrevista y deberí
r por qué, pero me contuve antes de hacerlo. Suponía que el director gener
ue nublaban mis ojos, Je
brote de Groove Tech, aunque no consiguieron mantenerlo después de
prendida por mi prop
.M ni siquiera reconocerían a Groove
te agradabl
os recorriendo los archivos que tenía ante él y que
tón de grandes manos a la obra. Y francamente, si te contratan, serías el más joven. Lo
a ser un problema para mí. Yo
mientras luchaba contra el impulso de decirle
equeña Start Up. Aquí, en A.M, es probable que mi trabajo no sea el mismo. Sabía que aquí había un cargo por encima
director general cuando Jeremy se levantó de inmediato. Le seguí y me giré hacia el ru
hacía é
on al hombre alto, guapo pero maleducado que me miraba con una sorpresa re
ra vez. Sentí escalofríos y no sabía qué pensar o sentir. Si era vergüenza, miedo, ra
ientras algo más se instalaba en la boca de mi vientre, un profundo enfado. Estaba cabreada con el h
ayudante del di
la sonrisa de satisfacción de su atractivo rostro. Definitivamente, el universo me esta
a James , dijo Jeremy , ciego a la tensión de la sala, mien
uestro CEO,
ba demasiado bien para pertenecer al imbécil que me había insultado en tres ocasiones difer
er es mío
erer avergonzarle delante de su empleado, pero todos los pensamientos lógi
de emociones que me invadían. Tenía que ser mi ira. Sin duda. Me reafirmé en este hecho, sabiend
n
pero por lo que escuché de Adam, es al menos una década mayor que yo. Y no pasemos por alto