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El Ceo de mis pesadillas

El Ceo de mis pesadillas

Autor: Jo March
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Capítulo 1 Choques con un hombre Arrogante

Palabras:1070    |    Actualizado en: 13/07/2023

da J

qué hacer a continuación. Algunos tienen la suerte de elegir un camino que funciona ense

la vida. Al haber crecido en el estado de Michigan, me he acostumbrado demasiado al paisaje; no puede ser aquí donde

he mío desde que teníamos seis años y, por suerte para los dos, no nos distanciamos a pesar de tener trayectorias vitales diferentes. Estaba más

presas tecnológicas más importantes de Estados Unidos y co

i trabajo con ellos había dado a la empresa un nombre sólido. Al menos, mientras estuve allí, se esforzaron. Tenía otros logros en mi currículum, así

. Siempre ha conseguido llenarme los oídos con charlas sobre su jefe y ha intentado

rola la corporación y todos sus recursos; su historia es la de un hombre hecho a sí mismo que a los 22 años fundó una pequeña empresa tecnológic

que Adam me llevara a recorrer la ciudad y así poder experimentar las vistas y los sonidos de la ciudad. Varias horas des

persona. Me froté la frente, mientras intentab

Estás ciega? ¿De verdad

ue tropezarme con alguien y ya estaba montando en cólera? Miré a la persona y me e

ra ve

eta mientras me invadía la ira. Recordé que ayer me había golpeado con la puerta d

onen activamente o te gusta

al voz mientras me inmovilizaba con una mirada ta

al principio, antes de que el reconocimiento se asentara

os. ¿Le harías un favor a todo el mundo y visitar

encendiero

osero, inmaduro y estúp

uro? ¿Es

un paso hacia mí, tratando

e atreves

maleducado, parece que lo aceptas. Me

vez de ir por ahí echándole la culpa a todo e

ño. Parece que este diablo guapo de ojos verdes me traía mala suerte. No pued

cerqué a la mesa. Cuando notó el ceño permanentem

safortunado se le acaban de l

í mi

nos de

eña de Adam siguiéndome mientra

palabra en todo el trayecto y, cuando por fin llegué a casa, me dolían las mandíbulas de tanto ap

peor que l

na recorriendo mi cara con una curiosi

elto a tropezar c

la de la cocina y mis hombros

su coche chocara contigo al día siguiente y, aun así, de alguna manera, te c

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