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La mil Margaritas

Capítulo 3 Capitulo 3

Palabras:1097    |    Actualizado en: 11/07/2023

graduado y había comenzado a estudiar, dos años de estrés le tomo reunir el valor suf

n sin saber sobre la

o resultado a una jovencita de baja estatura, piel morena, ojos cafés y una maraña de rizos marrones que se complementaban con una radiante sonrisa en un cuerpo que había sido favorecido por la naturaleza. Esa niña risueña s

ico que escaba del ojo publico era las formas poco convencionales de hacer las paces. Mientras mas grande era la pelea, mas gente había en esa

Máximo se acerco a la joven que permanecía desnuda y con marcas en el cuerpo tendida en la cama

s drogas y los hombres...-hizo una pausa como si recordara la experiencia mas placentera que había experimentado- hasta ahora todos han sido mejores que tu -soltó un gemido fingido mientras echaba su cabeza hacia atrás fingiendo placer- esas manos

o la puerta se abrió dejando ver a varios hombres vio el pánico en la cara de su novia mientras ellos ingresaban y comenzaban a desnudars

ue solo suspiro y le dedico a los hombre su sonrisa mas coqueta mientras se ponía de rodillas sobre la

edad mu

ran. Todos se miraron con duda y entonces uno de ellos se acerco a ella, tomando su cabeza la estrello con

mor de lo que el iba a hacer, sin embargo al ver la expresión de Máximo solo cerro los ojos y gimió. Aquel hombre se arrodill

r o de placer, sin embargo el saco su miembro de sus pantalones y mientras se acariciaba vio como aquel que le dio

dos todos se fueron de la misma forma que habían entrado a la habitación dejándola ahí, de rodillas, con el cuerpo temblando, con marca

aquel estaba al borde de la inconsciencia y tomo el cabello de la joven que solo pudo verlo por un momento antes de cerrar lo ojos- oh no querida, esto aun no termina. -Arrastro a la joven fuera de la cama y ato sus manos con las sogas dejándola suspendida

versión en Máximo quien llamo de nuevo

a rogando quedarse inconsciente hasta que al fin la soltó, para su desgracia, el dio

no la maten, pero piérdanla -Raquel gritaba m

e a los intentos de la policía, ella jamás apareció. Máximo fue amable con la famil

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