La mil Margaritas
do le
ancia, antes de entender el rumbo de mi vid
. Mónica, mi madre, esa mujer adobarle, de carácter algo temible, con una inteligencia increíble y una fe en Dios inquebrantable había conocido a mi padre en la c
table lleno de peleas y solo llevo un par de meses para que mi madre s
e adopto como su hija y pese a no llevar su sangre su familia me acogió como si fuera una mas. Tan solo cuatro a
eñas grietas, peleas, ausencias de mi padre, hasta que finalmente todo exploto un día, una de sus a
a daño. Al otro lado del continente, Máximo prometió
s niños y dos promes