La niñera y el CEO - La hija perdida

iguroso y frío, no tenía piedad cuando un

que tuviera más cuidado al contratar pasantes, ya que uno de ellos utilizó el ordenador de la empresa para v

advertencia —, d

bizbajo. — No quiero que esto se repita o

hombre más bajo se ha lev

— Mandó la

El sol brillaba sobre los rascacielos esparcidos por la ciudad. En uno de esos hotel

. A pesar de su arrogancia, Gabriel usaba ropas que no llamaban mucha atención. La mayoría de la

aba encontrar una mujer que lo deseara. En una de esas noches, en la capital de São Paulo, encontró a una chic

variadas formas posibles y daba placer a la mujer que lo recibía en

ado del hotel llevase flores durante el desayuno. Difícilmente, salía con la

stilo de vida y le gustaba e

Parece que Elizabeth no quería comer y estaba llorando para ver a su padre

ados y dile a la gerente del departamento personal que

a. Incluso después de solicitar disculpas, lo cual no acostumbraba a hacer con frecuencia, Gabe quedó sorprendido por la grosería de la visitante.

brazos, — No quiero estar con ella, — se rascó lo

ir al par

¡S

ra la única por quien su corazón se d

respiración acelerada se acercó. — Lo siento

que hoy es e

empleada estaba mortificada de miedo. Durante unos segundos, Gabe se centró en la muje

agarró la oreja y se

a Mills te

r, pero Elizabeth debería hacer un

tregó a su hija

iró hacia el mostrador de la recepción

a alguna c

jita de cabello rubio

ue al piso de administración. Abrió la puerta y cerró con

— Espero que hagas tu trabajo o mañan

, se

e una hora escuchando sobre las nuevas inversiones en petróleo, bienes raíces y sof

or q

ilos blancos que preguntó de forma b

marketing que no logr

adre h

o socio de su padre. — Soy el dueño de todo esto, y lo adminis

ntes. Él saludó con un asentimiento de cabeza. Tenía que mantener la educación. Colocó la t

s fue grosera en su respuesta. Su agresividad desapareció cuando la p

trar en el ascensor privado. Ella se mantuvo agachada hasta que la puerta se cerró. En un impulso, sacó el t

nte mientras tocaba los portarretratos con la foto de su hija. — Haz tu trabajo bien. Te

oyó el sonido de la apertu

ersonal entró y extendió la mano al hombre con un ceño

rmación de la primera candidata y luego e

ifican? — Tiró la

e da un

el puño apretado —, quería qu

dos, la mujer hizo una

edagoga. Ella fue profesora del

está su

ana Bernardi tiene un problemita en una de las piernas. Esto puede interr

a mujer que entró en su sala y dio una

Viviana p

o, señ

e que la

éfono del gancho y apretó las teclas. Arregló la e

iviana Bernardi ha hecho en