La serendipia
o que tenía, y por fin se liberó del férreo agarre ajeno. Jadeando, se tambaleó hacia atrás, con los o
. Pero, cuando su mirada se posó en su vientre, su expresión se transformó en una de pura
voz cargada de veneno. "Porque si lo estás, me asegur
calmar los nervios. Creyó que él de verdad la mataría hace un momento, y se le encogió
eza, y trató de explicarse con la voz temblorosa por el miedo. "Theodor
e se agotó, y su rostro se torció en una másca
mucho que lo intentara. Por eso, se apresuró a escapar, pero al sa
salió disparada de la habitación de T
rada de Theodore fija en el lugar donde Ariana había desaparecido. Era como si es
ión, Horace dejó un inform
recuperarán por completo. Él seguirá cumpliendo sus órdenes y fingirá que tiene las pi
. "Mantengámoslos en la oscuridad un poco más. Quiero
entonces otr
ueva esposa, Ariana Edwards", expuso, cumpl
u vida ha estado marcada por una serie de acontecimientos desafortunados que la han dejado con pocos recursos. Perdió a su madre con tan solo trece años, y poco después, su padre se volvió a casar con una mujer que trajo consi
ó a ver a su padre antes de su muerte, y ni siquiera con la muerte de su padre pudo encontrar una salida, ya que su madrastra se hizo con el control de l
y frunció el cejo. "Horace, sé leer. No necesito
ente, pero no tardó en
rita Edwards es un poco parecido al suyo
cruel mientras lo interrumpía. "¿Tengo que cortart
aso, pues la amenaza de su jefe era c
el miedo que se había grabado en el rostro de
lir despavorida del cuarto, fue a
persuadía: "El señor Anderson acaba de despertarse y puede que necesite algún tiempo para adaptarse. El amor requ
cería a aquel tirano aunque estuviera fuera de sí, y no pudo evitar
, Ariana se tumbó en la cama, agotada por los a
aba para quitarse el sueño, miró al techo desconocido con el corazón encogido por la confusión y l
urar su puesto como la nuera de la familia Anderson, pero la realidad distaba mucho de lo que había
uando silenció el timbre, una noticia llamó su atención. "Cientos de o
do. Sus ojos se abrieron de golpe al ver que el primer obje