Impostora
emi
hica desde el recibidor, donde fue a abrir la puerta. Fru
as manos, para luego quitarme el delantal y lavar mis manos. Estaba
e decir y se marchó al segundo piso, haciendo sonar sus zapatos en la
o y la mujer parada frente se quedaba viendo a otra dir
r. No había estado esperando ningún papel, ni recibos, ni catálogos. Normalmente esos los traía el de recepción o me los entragaba en la entrada, sin embargo, imaginaba que si la había dejado pasar, era p
ir, pero enseguida fue in
ya conocía, junto con otra mujer que no reconocía de ningún lugar. Ambas se me colo
e observarla curioso, esta por unos segundos me miró y dejó una mirada extraña en el
iene un uniforme cuestionable -comentó la muj
o en la puerta, para que ambas mujeres ingresaran al apartamento. Las guíe hasta
nte cocinera. Su mujer comentó que quería a alguien que pudiese cocinar, entonces ella está d
ien como cocinar. No necesito emplear a nadie más por el momento para este apartamento -coloqué los
o estaba siempre en casa debido a mi trabajo, pero siempre me decía que lo e
hizo presente mi chica por las escaleras, dejando en claro que ya estaba allí. Pasó sin prestar
jer demasiado hermosa, casi parecía irreal. Después de conocerla en un evento de modelaje en el que había sido invitado, no pude evitar no invitarla a salir a tomar un café. Me
tomar su lugar y convertirme en el multimillonario más joven de la época, de modo que hiciese r
una familia y poder enseñar a
s podría contactar en caso de que mi mujer desee una cocinera. No tengo inconvenientes al r
hacer la comida para ir a descansar. Sentía
uavidad la empleada y sonreí corto, dejándole
ñorita. Cualquier cosa, serás la pri
ue sabía que eso era imposible. De a poco me quedaba tiempo para aten
dejando servido en la mesa la cena de Neila. Saldría en cu
í el sobre que había recibido en la mesa de centro de la sala. Me detuve despaci
tro del cansancio, a medid
e si su destino es continuar o la separación. Una semana en la que es dedicación y
resa para orientarse en cosas que necesitaba. Nunca me negaba a nada, me gustaba que aprendier
ue ella también tenía su propio negocio de diseño de modas y ademá
la verdad entre los dos y poder v
un gra
nde podría pasar cualquier cosa en ese tiempo mientras no estaba presente, como también estaba el
portunidad que no iba
por varios minutos, antes de p