Seguir la corriente
a sido arrancado de los huesos. El baño está vacío
ras trato de recorda
recuerdo que
ara ver si estoy mojado. ¿He tenido sexo? ¿T
estómago. Por supuesto que tuvimos sexo. Los hombr
amaba
s de él. La vista es de aproximadamente un metro sobre el nivel de
, esto es u
. pero ¿realmente voy a ser capaz de matar a diez hombres? Inclu
ie, volviendo a los cajones para sacar un suéter
re y doy un pas
s míos y baja la cabe
y bajo l
ida sobre el escrito
lto, tal vez de seis pies y cuatro, musculoso, con cabello rubio miel de unas tres pulgadas de largo y con rizos en las puntas. Su piel es aceitunada y sus gra
la habitació
encuentran c
a salvo
siquiera sé cómo respo
Hace una pausa por un moment
con
e -le espe
ento con
rsistente, se va y escucho el clic de l
ientemente seguro. Me dijo que no soy lo suficientemente mujer para él. Por primera vez, mis pensamientos se dirigen a Todd y Melissa, quienes probablemente estén apasionados en este momento. Ni siquiera sa
en su fría y dura cama de p
he sentid
r fin he to
mnolientos para ver a Mac sentado en la cama a mi lado. Por la il
as co
de él y me quedo
año y las duchas. Aún as
. Nada que decirl
ededor de la cintura. "Llegamos a Puerto R
vuelvo para enfrentarlo, fru
y, sin pensar, mis ojos escanean s
o lleguemos allí. No quiero ten
de hombre secuestra a una niña y luego l
ientras se sube los pan
entras el odio gotea por cada u
fría sobre el escritorio.
y le doy la espalda y mir
de la puerta
da de espaldas a la puerta cuando lo escucho entrar. La habitación es
mi espalda
miste?"
con la
baño. Se lava las manos y luego lo escucho cepillarse
silencio duran
ompe. "¿Por qué
o hacia él en
la manta. "Cuando saliste del club nocturno al
gustó la canción que estaban t
mi mentira y no
E
o al otro? Desafortunadamente para mí, ha habido un desarrollo extraño. Un elefante ha entrado en la habitación. Es grande y rosado y huel
e sen
Quiero decir que estamos durmiendo en la misma cama. Lo peor de todo es que me encuentro con ganas de entablar conver
. Instintivamente, mis ojos bajan por su torso antes de detenerme y apartar la mirada. El calor d