En las manos del tirano
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todas las enfermeras y doctoras de la clínica, estoy enamorada en secreto del socio de mi jefe, el doctor Andrew Cole, la per
en las manos que debo entregarle a mi jefe, cuando de
ambas estamos en el piso, todos los presentes se quedan viéndono
andalosa y levantarse hipeando para irse corriendo como
nútil!- Como si tuviese rabia, no importa lo atractivo que es ese sujeto todo su encanto s
evo a su consultorio dando un portazo tan fuerte que hace que me ponga muy nerviosa, ¡q
freciéndome el brazo para ayudar a levantarme, de donde me qued
semana!- Susurro asombrada, no hablo fuerte porque es el dueño de la mitad de la clínica y
mejor asistente enfermera de la ciudad. -
ad, caminando a su lado, la gente murmura todo tipo de locuras en los pasillos, tengo
an enfocada en el trabajo, la universidad y en aprender lo
el sueño que tenía desde niña, no lo estudie desde el principio, po
portante cariño.- Me dice Valente, viéndome a los ojos, me pongo nerviosa, está actuando extraño úl
es nerviosa...- Expres
o por eso debo comunicarle algo muy impor
mal yo estoy a tus ordenes para cuidarte. -Me
es tiempo de retirarme. - Automáticamente comienzo a llorar como una magdalena,
sentir mal. - Me dice dándom
cuentas no se pagan solas y dependo de mí misma pa
o. - Me responde, quitándome los lentes para limpia
drew abriendo la puerta y entrando al
xtrañare mucho. - Responde Valente e inmediatamente me coloco mis lentes, lista para se
Suelta el sujeto, si no estuviese sentada, caigo en el suelo co
egunta Valente estoy en shock, ¡no quiero trabajar para ese ogro!, creo que e
sé porque cuando quiere café viene para acá, ¡tiene una
é del tirano, no soy la única que le dice así, es un a
preparo su café estoy de espaldas a él. -Gracias Isamar. - Dice re
molesta haciendo una lí
i identidad, el mensaje que envía a nosotros con su forma
enfermera?- Cuestiona Valente co
empre. -
ó?- Le pregunta
ujer como esa. - Responde
mediatamente tapo mi boca con ambas manos me
uchando conversaciones ajenas. - Me responde él, fijando su mirada penetrante y verde esmeralda
atorio. - ¡Me acaba de decir que soy la amante de Valente!,
tro de frente con ese hombre nuevamente, me hago a un lado para seguir mi camino y no entiendo pero él en un movimiento
sobre mi vida privada, ¡se lo prohíbo!- Me advierte, sus ojos brillaban de furia,
ta con medio New York en las noches. - Le digo molesta me s
n una fortuna, eres una mujer insignificante, no entiendo qué ve Vale
forma estúpida e inconsciente, ese chisme de pasill
mí, nunca había estado tan cerca del tirano, su perfume costoso inunda mis