A veces me pregunto: ¿Cuáles son los significados de nuestra vida y cuál es nuestro verdadero objetivo en ella? Llevo un largo período de tiempo tratando de encontrar un sentido a esa pregunta… Lamentablemente, todavía no he obtenido respuesta.
Durante la mayor parte del tiempo he caminado entre sombras, en caminos inciertos que me conducen a espejismos, en una supervivencia hueca e inactiva. A menudo he sentido la necesidad de tocar y sentir algo real, algo que me llene y me devuelva la paz; sin embargo, al ver a mi alrededor me doy cuenta de que la maldad es más sólida. En todos los lugares observo y oigo gritos de dolor; de nada sirve tener amor en el corazón cuando la oscuridad más profunda te consume y te lleva a caminos inesperados, un lugar que ni siquiera en tus sueños más oscuros has advertido e imaginado. Con solo tocarlo, podrá resquebrajar fácilmente lo que parece ineludible.
Todavía sigo intentando sobrevivir, con mi alma destrozada; contemplando cómo se pierde el sentido de la justicia. Aunque me oigo, por más que grite mi alma, tú no puedes oírme. ¡Estás muerta! Te has quedado en el pasado. El hecho de hablar sobre este tema es como hablar de una quimera, de una teoría que se extinguió hace mucho tiempo y que solo habita en la mente de unos cuantos. Este ardor que me abrasa por dentro es como una especie de esquizofrenia, una agonía incesante, historia de amor que jamás tuvo sitio y que únicamente dejó cicatrices en mi corazón que se han ido cerrando lentamente, pero que han dejado una marca indeleble y latente.
Las imágenes de mi pasado siguen apareciendo en mi mente, después de todo este tiempo nunca imaginé que continuaría sintiendo lo mismo; caería dormido solo con la esperanza de saber que todo fuese como antes, pero las noches así pasan fugazmente y desaparecen cuando la realidad se estrella contra el suelo.