Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
No me dejes, mi pareja
Extraño, cásate con mi mamá
Diamante disfrazado: Ahora mírame brillar
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
Destinada a mi gran cuñado
El réquiem de un corazón roto
El callejón se quedó
oscuro de repente, unos pasos se escuchaban acercarse a Maite, que iba
acelerando el ritmo hasta casi correr, se arrepintió enseguida de haber tomado
aquel atajo y cuando se acercaba al final del mismo una sombra apareció de
pronto empujándola hacia atrás y haciéndole caer.
El miedo se
reflejaba en sus ojos y oyó una voz ronca dirigiéndose a ella
-DONDE VAS TAN
RÁPIDO?, TODAVÍA NOS PODEMOS DIVERTIR-
Intuyó una sonrisa
en aquel personaje y el miedo empezó a recorrer su cuerpo.
Cuando el hombre se
arrodilló de golpe sobre ella, la cogió de los brazos y le puso todo el peso
sobre su delicado cuerpo, cerró los ojos con fuerza e intentó desprenderse de
él, pero fue inútil, ese hombre era tan fuerte como pesado y ella no podía dejar
de sollozar y suplicar que la dejara.
-CLARO CARIÑO, EN
CUANTO ACABE TE SUELTO- le dijo él, demasiado cerca de su cara como para que a
ella le dieran arcadas.
El hombre inmovilizó
sus brazos con la mano izquierda y con la derecha se desabrochó el pantalón y
siguió por meter la mano por debajo de su falda, cuando ella creyó que estaba
perdida, de pronto, sintió un gran alivio y sus pulmones empezaron a recoger el
aire de la calle.
Abrió los ojos de