Me gustaba mi trabajo pese a que solo trabajaba medio tiempo por la universidad. Este era mi último año y estaba a poco de graduarme de mi carrera universitaria gracias a mi dedicación y por la ayuda de alguien que yo consideraba mi ángel guardián.
Pese a que para muchos no es el gran trabajo, mucho me servía para pagar mi renta , servicios básicos y gastos personales pero esto se encontraba en peligro cuando a mi llego la notificación de reducción de personal y con ella mi carta de despido.
—Se lo mucho que necesitas el trabajo Zoe y por eso he decidido ayudarte para que no quedes desempleada —Me sonríe —. Un nuevo cliente nos ha contactado en busca de una mucama pero para que esta se quede permanentemente en su casa mientras trabaje con ellos y como sabes ninguna de las chicas aquí puede hacerlo debido a sus contratos y por eso pensé y le hable de ti.
—Yo tampoco señora Mercedes , debido a que debo asistir dos veces a la semana a la universidad.
—Lo sé querida , el cliente no tiene problema alguno con que asistas a tus clases y luego regreses a la casa retomar tus tareas laborales.
—Siendo así lo acepto señora Mercedes , necesito el trabajo .
—Mañana te envío toda la dirección a tu correo querida y en verdad espero te vaya muy bien , eres una excelente muchacha Zoe.
Estrechamos manos y finalmente me marcho con una sensación agridulce.
Al llegar a mi piso veo algunas bolsas de compras en la entrada, ruedo los ojos , me tiro sobre el sofá y coloco un cojín en mi cara tratando de descansar.
—Supuse encontrar el refrigerador y la despensa vacía y efectivamente lo estaban.
—Lo siento rubia , apenas y tengo tiempo para ducharme .
Retiro el cojín de mi rostro y la veo sentada en frente a mi en el otro sofá.
—¿Cuando regresaste?
—Hoy, ya no soportaba un día más fuera de Miami , además sabía que debía venir a salvar tu despensa y refrigerador.
—¿Salvar? Si prácticamente la que está más tiempo aquí eres tú, poco te falta para que te vengas a vivir de lleno conmigo.
—No te extrañe que lo haga , me siento muy bien aquí.
Maite es hija de padres adinerados al igual que yo , la única diferencia es que a ella le toco unos padres ejemplares y llenos de amor a sus hijos .
Mientras que el mío solo le interesa el dinero y cuanta jovencitas se pueda llevar a su cama como el viejo sin vergüenza que es .
Luego de la muerte de mamá, decidí irme de casa al ver el comportamiento que papá adquirió y al no estar de acuerdo me saco de su casa y me desheredó .
Mayte y sus padres fueron mi gran apoyo durante mucho tiempo, pero finalmente decidí volverme una mujer independiente y capaz de valerme por mi misma .
—De hecho puedes quedarte ahora que no estaré aquí.
—¿Cómo que no estarás?
—Me despidieron de mi trabajo por corte de personal, pero mi jefa me consiguió trabajo en la casa de un nuevo cliente y quedo en enviarme los datos mañana.
—No estoy entendiendo nada , pero sabes que no necesitas trabajar, mi familia y yo nos...
—Ese tema no esta en discusión rubia —La interrumpo — . Suficiente han hecho tus padres al terminar de pagar mi carrera universitaria.
—De acuerdo, no discutiré contigo —Rueda los ojos —. Es viernes , ¿No te apetece salir?
—¿Qué tienes en mente?
—¿Te parece si vamos al nuevo barclub que acaba de abrir en la ciudad? —Mueve sus cejas de arriba abajo de manera divertida — . Así podemos relajarnos y quizás divertirnos esta noche.
Hace semanas no salimos de fiesta y para decir verdad ya me hace falta. Si empiezo a trabajar entre la universidad y el trabajo no tendré tiempo nuevamente para salir a divertirme como normalmente lo hacemos los viernes.
—Tú ganas, mueve ese trasero.
Sonríe, me levanto del sofá y vamos a mi habitación buscando que ponernos.
Luego de un buen maquillaje, peinado, tacones y vestidos ajustados acorde a la noche, salimos en su auto con rumbo al centro de la ciudad.
Llegamos al barclub el cuál promete ser uno de los sitios más prestigiosos de la ciudad y en él cual para entrar debes tener una reservación exclusiva.
Para nuestra suerte, el dueño del bar es uno de los tantos conocidos de Mayte y entramos junto a él.
Al entrar las personas se encuentran bailando en medio de la pista, el murmullo de las personas en sus mesas hablando, riendo y una música suave volviendo el ambiente seductor.
Nos movemos hasta llegar a la barra libre, Mayte pide una margarita y yo decido tomarme una igual. Su amigo, le pide ir al área VIP a saludar a otros conocidos , ella me pregunta si quiero acompañarlos y niego.
No me siento cómoda con personas que año luz son diferentes a mí por su actitud de niños mimados. La mayoría de las veces nunca encuentro algo en común de que hablar debido a que hablan de sus costosos y maravillosos lujos que llevan gracias a sus padres y no por méritos de ellos.
Siento cómo el olor de una fragancia masculina se cuela por mis fosas nasales. Nunca me han agradado los perfumes, siento que me dan náuseas, pero este en particular llama mi atención por su aroma tan fuerte y seductor.
Le doy una sonrisa al bartenders antes de girarme para observar la pista de baile frente a mí, siento que alguien me observa ,miro a mi lado y veo a un hombre alto e imponente recostado de la barra mientras su mirada me detalla fijamente.
Es un hombre bastante alto , corpulento con cabellera clara . Lleva puesto un pantalón de vestir negro, un cinturón del mismo color y una camisa blanca .
Observó lo que apenas la atenuante luz del bar me deja ver, tiene un porte elegante e impotente. La camisa que lleva puesta se ajuste perfectamente a su cuerpo haciendo que sus anchos brazos sobresalgan .
Su cabello luce bastante despeinado y cálculo que puede medir casi los dos metros de altura .
"Dos exquisitos metros"
Sus ojos me miran directamente luego de dejarme de inspeccionar, se nota que es unos años mayor que yo, pero eso no es algo que me interesa, yo sólo sé que me gusta, y me gusta cómo para fallármelo esta noche y no volverlo a ver jamás.
Lo miro de arriba abajo fugazmente y sonrío con coquetería antes de pedirle otro trago al chico encargado de la barra.
—No me des una margarita— Observo la cartilla de tragos que sostengo —. Mejor sírveme un White lady cariño y de preferencia que sea doble y fuerte.
Asiente y se gira a prepararlo Miro de reojo y observo cómo el hombre a mi lado tiene una sonrisa de medio lado en sus labios.