Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
Destinada a mi gran cuñado
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
No me dejes, mi pareja
Regreso de la heredera mafiosa: Es más de lo que crees
Demasiado tarde para arrepentirse: La heredera genio brilla
Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
18:00 '' Residencia Carter. '' Nueva York. '' EUA.
Viernes.
Hilary Carter.
Estoy tumbada en la cama, con lágrimas cayendo por mi cara mientras recuerdo las crueles palabras de mi marido, Arthur. Quince años de matrimonio se desmoronaron en un instante, y ahora me enfrento al dolor de la traición y la humillación.
"¿Cómo puedes hacer esto, Arthur?", grito por segunda vez. "¡¡¡Estos quince años no han significado nada para ti!!!? ¿No he sido suficiente?
Se quedó parado, recogiendo sus cosas para irse, como si nada de esto importará.
"¡¡¡Ya estoy harto de ti, Hilary!!! ¡¡¡¡Siempre te estás quejando de todo, cada vez que llego a casa, tienes un aspecto horrible, ya no puedo sentirme excitado por una persona así!!!! Has engordado mucho, ya no puedo mirarte como antes.
Sus palabras cortan como cuchillos afilados, atravesando mi ya desgarrado corazón.
''Y además'', se vuelve para mirarme, ''siempre he querido tener un hijo''.
La herida que toca es profunda y dolorosa.
¡No! ¡No me dijo eso! Mis lágrimas siguen cayendo y el dolor de mi pecho se hace insoportable.
"¿Me estás culpando? ¡Yo también he querido siempre tener hijos! Pero no tengo la culpa de ser estéril. Siempre dije que podríamos adoptar un niño, ¡pero tú nunca quisiste!
Cierra la maleta con determinación, como si estuviera cerrando nuestra vida juntos para siempre.
"¡No quiero hijos de otras personas! Si mi mujer no puede tener hijos, ¿por qué debería quedarme contigo? Ya no te quiero, Hilary. He encontrado a otra mujer mucho más guapa que tú y, además, es joven y tiene un cuerpo precioso que tú nunca tendrás.
Revuelta se apodera de mí y, sin pensármelo dos veces, le doy una bofetada.
'' ¡¡¡Nunca dejaré que me humilles así, Arthur!!! '' Pone la mano en el lugar de la bofetada.