Capítulo 1: Sembraste la duda.
Irene Coleman es una linda chica de 25 años de edad, esta se encuentra a punto de graduarse en una de las mejores universidades de California como comunicadora social, a pesar de haber estudiado esto, ella no se caracterizaba por ser la chica más sobresaliente del grupo, pues realmente esto le costaba.
Ella tenía varias amistades contemporáneas que estudiaban en el mismo lugar y además de eso tenía pareja, el cual se llamaba Andrés Parker.
Estos dos tenían una muy hermosa relación hasta que sucedió lo que nadie se esperaba... Una horrible distancia los separó.
Irene se encontraba tirada en el sofá del departamento de Charly Morris su gran amiga de la infancia, además futura colega mientras revisaba las fotos de su pareja.
— Tirándote todo el día en ese sofá mientras lloras y revisas sus fotos no hará que ustedes vuelvan a andar, por favor Irene ya levántate, hagamos algo diferente, salgamos al parque. – Dijo Charly mostrando su descontento por las actitudes que tenía Irene.
Irene se sentó y lanzo su teléfono a un lado y llevo sus manos hasta su cabeza para así mirar hacia el suelo y con una voz toda quebrada y apagada respondió:
— Es que no me entiendes Charly... Andrés es el amor de mi vida y tener que verlo partir hacia otro continente me parte el alma, además ni siquiera sé cuándo regresará de ese maldito viaje de negocios, apenas lleva dos días y ya los recuerdos me están matando...
Charly hizo una seña negativa mientras dirigió su mirada hasta donde se encontraba su amiga sentada y de repente miro el teléfono de su amiga el cual tenía una foto de Andrés de Instagram, al analizar las fotos desde lejos está se sorprendió por algo extraño que había visto.
— ¡Irene, pásame por favor tu teléfono rápidamente! – Dijo Charly con un tono de voz autoritario, además de muy serio y directo mientras señalaba el teléfono de su amiga.
— ¿Para qué quieres mi teléfono? ¿Acaso no me ves que estoy sufriendo en estos momentos? Charly no estoy para bromas. – Respondió Irene con un tono de voz todo sumiso, quebrado y triste.
— ¡Coño solo pásame el teléfono y ya! No te estoy pidiendo nada del otro mundo, acabo de ver algo raro en esa fotografía que tienes puesta. – Enojada respondió Charly a lo que su amiga le había dicho.