Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
Extraño, cásate con mi mamá
No me dejes, mi pareja
El réquiem de un corazón roto
El dulce premio del caudillo
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
Diamante disfrazado: Ahora mírame brillar
Kayla.
Se suponía que hoy era el día más feliz de mi vida, hacía ya seis horas que me acaba de casar con el hombre que amaba, y de hecho ahora mismo estábamos en el yate de nuestra compañía de camino a nuestra luna de miel en Hawái. En cambio, estoy aquí, tirada en cubierta, en medio del mar en medio del Pacífico, mientras veía como Akon, mi recién estrenado marido, y Nicole, mi mejor amiga, se burlan de mí, mientras yo agonizaba.
- “Esta es tu luna de miel amiga, ¿no te parece gracioso?.”- me dijo Nicole agarrándome del mentón con fuerza, mientras yo intentaba soltarme de su agarre sin conseguirlo. Las drogas ya estaban haciendo su efecto, y mis extremidades ya comenzaba a paralizarse.
- “Fuiste muy fácil Kayla, tu padre sospechó más de mí casi desde el principio, pero tu caíste como una estúpida. Lo gracioso de todo esto, es que te casaste con el asesino de tu padre, Esto es irónico”- el dolor que sentí al escuchar eso, era mucho mayor, que el que estaba sintiendo mi cuerpo mientras se iba paralizando. No podía hablar, mi lengua no me respondía, sólo emitía débiles gemidos, y poco a poco se iban apagando. - “Tu padre comenzó a sospechar de mí ya hacía tiempo, pero no tenía pruebas de que robaba a la empresa, y cuando se enteró que había comenzado a salir contigo, unió cabos, supo que sólo quería el resto de la empresa, así que gracias a mi querida Nicole lo preparamos todo, para que tu padre tuviera un accidente, cuando regresaba a casa. Fue sencillo, una simple manipulación del ordenador de a bordo de su coche, y pronto ¡boom! ... se saltó un semáforo, con tan mala suerte que fue arrollado por un tráiler. Penoso.”- seguía diciendo el muy maldito.
La impotencia, el miedo, la rabia, y saber en que esos dos se iba a salir con la suya, no me servía en la nube en la poco a poco iba cayendo, aunque yo luchara con ello, me odié a mí misma por haberme dejado manipular, por caer tan fácilmente en sus trampas. Recordé cómo muerta de dolor, tras asesinato de mi padre, le rogué a Akon que se encargara de la compañía.
- “Estúpida, estúpida y mil veces estúpida, te mereces morir así, por no darte cuenta de lo que siempre te dijo tu padre, que ese hombre buscaba algo.”- pensé, mientras los oía aun burlándose de mí.