Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
Novia del Señor Millonario
El arrepentimiento de mi exesposo
Extraño, cásate con mi mamá
El réquiem de un corazón roto
El dulce premio del caudillo
Los Mellizos del CEO
Yo soy tuya y tú eres mío
El regreso de la esposa no deseada
‘Frida, nunca te dejes guiar por lo que las personas digan de ti, nunca te hagas sentir poca cosa y mucho menos, le des el derecho de humillación a una persona carente de valores, amate, quiérete, triunfa mi amor’
Sabias palabras, las tengo tan grabadas en mi mente, quince años han estado tan vigente en mi día a día, es como si cada vez que algo bueno esta por pasar, esas palabras de mamá se repiten una y otra vez, y su voz se siente tan latente en mi memoria.
Aunque se marchó de mi vida y de este mundo terrenal cuando apenas tenia solo 13 años y era donde más la necesite, sé que cada palabra de aliento que me dio lo atesoro con mucho amor. La vida en aquel entonces no era fácil, era tan duro tener que vivir como la niña gorda y huérfana, papá decidió marcharse y yo quede al cuidado de una tía, misma que me dio y me ha dado los días más felices de mi vida.
Pero ahora, que tengo 28 años y los he vivido de un modo tan pleno, sin atormentarme por lo que la gente opine de mi trasero enorme, mis pronunciados pechos, mis caderas anchas y mis mejillas regordetas puedo decir que todo se fue un poco a la mierda en cuanto entre en aquel estudio donde me necesitaban.
– ¡Por dios Frida! ¡Por fin! –mi primo Mark apareció entre un montón de chicas de cuerpos hermosos y con una increíble vestimenta. –SOS, me siento morir –me echo a reír y le doy un corto abrazo.
– ¿Cuál es el problema? –se engancha de mi brazo y me encamina hasta donde están todas las chicas.
– ¡Esto es el problema! –las señala a todos, sin una pizca de maquillaje, con sus cabellos sin una pizca de sentido y la verdad es que se siente la tensión en este lugar. –La chica que transformaba a estos patitos feos no pudo venir, se accidento y está a una hora de aquí, mi jefe me va a matar si la sesión no empieza por lo menos con una de ellas en unos treinta minutos –asiento, observo a una chica de cabello cobrizo muy, pero muy nerviosa, me acerco a ella, tomo su mano.
–Empezare contigo.
– ¿Eh? –sus manos tiemblan, ¿Pero qué pasa?
–Tranquila, todo estará bien, serás la primera en salir, ¿Vale? –ella mira por encima de mi hombro, sus labios entreabiertos, ¿Qué le da tanto temor?
De pronto siento como el aire acondicionado de pronto está súper helado y es como si estuviéramos en el polo norte, todas se ponen rígidas y no miento, parecen un jodido campo cubierto de nieve de lo pálidas que están. Volteo un poco para ver a Mark, esta de igual forma que las chicas, me termino de girar por completo y allí es donde le veo venir.
Barba de aproximadamente un par de semanas, muy bien cuidada debo destacar, su cabello muy bajo a ambos lados y quizás la parte trasera, muy abundante en la parte de arriba y es de un color azabache, sus cejas densas, ojos solo un poco rasgados y en cuanto la luz le da con todo en el rostro sus ojos grises claros me dejan completamente atontada. Su nariz perfilada, labios un poco finos pero muy lindos, su cuerpo es una gran obra de arte y es como si los mismos ángeles pervertidos lo hicieron a mi jodido antojo.
– ¿Quién eres tú? –le miró fijamente, ¿Me está hablando a mí? – ¡Hey! ¡Aquí! –su voz gruesa un tanto ronca y con destello de arrogancia, agito mi mano frente a mis ojos y salgo de mi trance.
– ¿Eh? ¿Yo? Bueno…
– ¡Señor! –la voz de mi primo se escucha a mi lado, ahora está frente a ese guapo y sexy hombre. –Disculpe Señor Hunther, ella es mi prima, Frida Kayenston –las chicas que hace un momento estaban calladas ahora chillan al escuchar mi nombre, ahora la rígida soy yo. –Sé que no le gustan los cambios drásticos y mucho menos sin su consentimiento, pero Winny no podrá asistir hoy, señor.
– ¿Disculpa? –dios, porque todo esta tan helado en este lugar. – ¿Qué ha pasado con Winny? ¿Y qué tiene que ver tu prima la voluptuosa en todo esto?
– ¡Oh no! –exclamo de inmediato, Mark pasa a verme de inmediato, palidece. –No sexy hombre, tu no dijiste esa jodida mierda.
– ¡Frida, no por favor! –la súplica de Mark la tiro a un lado e incluso a él mismo. –Es mi jefecito, no... –alzo mi mano, detengo su hablar.
Camino con toda seguridad, quizás cuatro pasos adelante ya que esa es la corta distancia entre ambos, mis tacones de 10 jodidos centímetros se escuchan al impactar con el suelo, podría decir que soy más alta que él, pero no es cierto, el condenado es alto incluso si utilizo unos 10 centímetros más en mis pies, me cruzo de brazos, le miró fijamente, este enarca una ceja, ni siquiera me molesto en mirar quien está a ambos lados de él.
–Bajhor Hunther, el arrogante y egocéntrico CEO de esta agencia de fotografía y…