Novia del Señor Millonario
Cariño, déjalo y ven conmigo
El regreso de la esposa no deseada
Yo soy tuya y tú eres mío
Tesoro de CEO
Mimada por el despiadado jefe clandestino
La segunda oportunidad en el amor
La venganza de la heredera genio oculta bajo la máscara
Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada
Mi encuentro con un misterioso magnate
"Señorita, mi señora me dijo que puede obtener dos millones de dólares si tiene un niño y quinientos mil si tiene una niña", explicó la anciana con tranquilidad.
"De acuerdo", asintió Nancy Ning.
Ella no tenía otra opción, su madre necesitaba desesperadamente que alguien pagara sus facturas del hospital, y sabía bien que su padre, Clark Ning, nunca pagaría ni una de ellas porque no le importaba.
Eso enojaba a la joven, pues no quería rogarle, por lo que trató de recurrir a su novio, Caspar Yue. Pero por sorpresa, solo descubrió que la había estado engañando con su media hermana, Fannie Ning.
Es verdad que, en tiempos desesperados se exigen medidas desesperadas.
Sin poder creer su situación, Nancy solo pudo reír.
En el cielo se asomaban rayos y truenos, rápidamente las gotas de lluvia comenzaron a empapar las calles y su delgada ropa.
Todos corrían tratando de encontrar un refugio, mientras ella se quedó vagando sin rumbo.
"¡Señorita!", escuchó que la llamaron, al voltear vio a una anciana, frunció las cejas y se le acercó, "Señora, ¿me llamó?".
"Solo quiero preguntarle su edad", dijo tomando las manos de Nancy, mientras la llevaba a un café para poder refugiarse.
Miró a la chica de arriba abajo, con mucho gusto.
"19", respondió.
"¡Oh!", la mujer hizo una pausa, "cuando la vi bajo la lluvia pude percibir que está pasando por momentos difíciles, ¿se encuentra bien?".
Su pregunta estimuló el llanto de la joven, y en un segundo, ya estaba sollozando en el hombro de la anciana.
"Mi madre tuvo un accidente automovilístico hace diez años, y está en coma desde entonces, ahora sus órganos están fallando, necesita cirugía, y yo... y yo...", sollozó de nuevo después de pronunciar esas palabras, perdía la esperanza de poder salvarla.
"Es solo un poco de dinero, niña, no se preocupe", le dio unas palmaditas en la espalda y continuó: "Además, conozco una forma en la que puede conseguirlo".
Tan pronto como escuchó "dinero", Nancy rápidamente se aferró a ella.
"Señora, haré lo que sea".
La anciana le sonrió y dijo: "Es muy simple, le pagarán si puede tener un hijo con mi joven amo", sin apartar la mirada, le preguntó: "¿Le interesa?".
La chica tardó unos minutos en procesar la información antes de asentir.
Sabía lo que significaba tener un hijo en plena adolescencia, a los 19 años. Si alguien se enteraba, su reputación se destruiría, pero si no conseguía el dinero, perdería a su madre, y ella siempre la elegiría por sobre todas las cosas.
Con su aprobación, Nancy fue llevada de inmediato a la mansión.
"Pequeña, vaya a asearse", ordenó la mujer, señalando el baño mientras le entregaba un camisón de seda. "Mi joven amo estará aquí pronto".
La chica no tuvo tiempo de admirar su entorno, solo asintió, "Sí".
La anciana arrugó los ojos con una sonrisa e intentó hacerla sentir más cómoda ante la situación dirigiéndole unas palabras: "No se preocupe, niña, él es un buen hombre, y la cuidará esta noche".
"Gracias", a pesar del consuelo, Nancy se sentía aún algo de inquietud.
"Recuerde apagar las luces una vez que haya terminado de refrescarse", indicó antes de irse.
La chica no dijo nada más, solo fue al baño a preparar su ducha caliente.
Una vez que terminó, se secó el cabello y apagó las luces antes de meterse a la cama, enterrando su pequeño cuerpo en las almohadas.
El silencio la hacía estar más nerviosa, se sentía cual animal esperando a ser sacrificado o vendido, sus latidos comenzaron a acelerarse, e hizo todo lo posible para calmarse.