Una esposa para mi hermano
Yo soy tuya y tú eres mío
El camino a reparar tu corázon
Vuelve conmigo, amor mío
El regreso de la heredera adorada
La segunda oportunidad en el amor
Tener hijo con mi mejor amigo
Enamorarme de ella después del divorcio
El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
¿Quién se atreve a cortejar a mi reina encantadora?
"¡No, no, no! ¿Cómo puede ser?".
Yvonne Tate se quedó mirando el resultado de la prueba de embarazo que tenía en las manos. Este decía que estaba embarazada de dos meses.
No había mayor pesadilla que la que había vivido hacía dos meses. En su ceremonia de compromiso, sorprendió a su hermana revolcándose con su prometido, Cillian Schultz. Desconsolada, bebió hasta emborracharse, y en consecuencia, se equivocó de habitación de hotel. Esa noche, acabó teniendo sexo con un hombre extraño.
En aquella habitación en penumbra, aquel hombre la aprisionó contra la cama y la invadió con fuerza y furia. Pensar en lo que ocurrió aquella noche aún le producía escalofríos.
Por más que lloró y luchó, el hombre no se detuvo. Su virginidad, que mantuvo por veinte años, fue tomada por un hombre a quien ni siquiera conocía.
Las manos de Yvonne temblaron hasta que el resultado de la prueba se cayó al suelo. En una fracción de segundo, una fina mano apareció de la nada y lo recogió.
"¿Qué? ¡Estás embarazada!", gritó Natalia Tate, su hermanastra.
"¡Cállate!".
Yvonne estaba muy molesta y avergonzada. Culpaba a Natalia y a esa basura de Cillian por esto. Al fin y al cabo, ¡ella no habría bebido y entrado en la habitación equivocada si no la hubieran traicionado!
No obstante, Natalia no era una buena persona; en vez de callarse, espetó adrede en voz alta: "¡Oh, Yvonne! Si no me falla la memoria, hace dos meses seguías con Cillian, ¿no? ¿Cómo es que estás embarazada? ¿Acaso le fuiste infiel?".
¡Claro que no!
Los ojos de Yvonne se clavaron en Natalia. Cómo se atrevía a acusarla de haber sido desleal, cuando era ella quien se había acostado con Cillian en su fiesta de compromiso. ¿Tenía amnesia, o solo era una desvergonzada?
"No te atrevas a acusarme de promiscua. ¡Nunca le fui infiel a Cillian! Además, ¿no tienes vergüenza? ¿No tienes miedo de que le cuente a todo el mundo que eres la mujer que se acostó con el prometido de su hermana?".
Los labios de Natalia se curvaron en una tenue sonrisa. Seguidamente agitó el trozo de papel que tenía en la mano y expuso: "Adelante, si tienes el valor. El hecho es que tú eres la puta. Fuiste infiel cuando aún estabas comprometida. Además, ahora yo soy la prometida de Cillian. Aunque decidieras hacer público esto, tengo cómo defenderme. ¡Al final quedarás en ridículo tú!".
"¡Yvonne!".
Un rugido vino de la puerta. Su padre, Daniel Tate, llegó y abofeteó con fuerza a Yvonne en la mejilla.