Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
Extraño, cásate con mi mamá
No me dejes, mi pareja
El réquiem de un corazón roto
El dulce premio del caudillo
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
Diamante disfrazado: Ahora mírame brillar
Alguna vez escuchaste esa vieja frase que dice:
«Los ganadores son soñadores que jamas se rinden»
Si me hubieran pagado un dólar por cada vez que escuché la estupida frase a lo largo de mi vida, probablemente mi destino fuera diferente. Ahora mismo, estaría sentada en el borde de la piscina, tarareando una vieja canción mientras contemplo mi excéntrica mansión ubicada en Long Island o quizás disfrutando de una exquisita copa de Merlot en mi terraza y no aquí sentada en el maldito lugar donde me encuentro.
Ahora bien.
De seguro te preguntarás cómo es que una mujer tan guapa y refinada cómo yo, pudo terminar en un sitio tan bajo cómo éste y con un aspecto tan terrible...
«Hematomas en todo mi cuerpo, un ojo morado, cabello desprolijo y el rimel corrido por causa de todas las lagrimas (falsas) que he tenido que derramar»
Para ser honesta me siento muy tentada de contártelo, claro que no es una historia fascinante, de hecho es bastante común, pero antes de eso deberas saber que en este cuento yo no soy la chica buena.
En realidad, nunca he sido una persona honrada, noble o confiable.
«Sobretodo eso último, jamás podré serlo» Sino todo lo contrario.
Quiero que lo sepas desde un principio para cuándo me encuentre tocando fondo y pienses que actuaré de forma integra, pura y honorable cómo otras protagonistas, ya sepas que estoy a unas cuantas lineas de desilusionarte...
[24 HORAS ANTES]
— Señorita Selene Payton, le daré otra jodida oportunidad para salvarse. Dígame exactamente cómo es que llegó esto a su equipaje. — La oficial de policía me interroga, acercandose de forma intimidante al mismo tiempo que coloca varios paquetes con la droga que se encontraba oculta en el interior de mi equipaje.
—Ya le dije que: ¡Eso no es mío! "No se de qué me habla oficial"
Sólo vine a la isla para estar de vacaciones con mi novio. No tengo idea de cómo llegó eso ahí, seguro alguien cambio mi equipaje, pero le juro que no es mío. — Le miento descaradamente y me hago la inocente aúnque tengo todas las pruebas en mí contra.
Necesito proteger a mi novio Joseph.
El era mi unica familia en todo el mundo, además, tenía una conexión especial con éste hombre. Lo que muchos llaman «Un vínculo inquebrantable»
Desde un principio nuestra relación fue toda una montaña rusa, por mucho tiempo Joseph era quien cuidaba de mí y hasta se podría decir que era el amor de mi vida...
Estába completamente segura de que si él pudiera librarse de este oroblema de inmediato me sacaría de este infierno.
— Voy a darte un consejo princesita, deberías empezar por decir la verdad, porqué tu chico si lo estuvo haciendo y según su confesión eres tú quien lo planeo todo. — La miré asombrada pero no le respondí.
¿Como que yo lo planee todo?
Me deje llevar por la conmoción, era imposible que Joseph hiciera algo así.
«Esta mujer está mintiendo» «El no era capaz»
—Esta bien, ya veo que eres bruta, será como tú lo prefieras.
Pero te aseguro que no saldrás en mucho tiempo, la evidencia no miente y no vale el esfuerzo que estás haciendo por esa rata de alcantarilla que te dejo sola.
[...]
Joseph era uno de esos hombres magnéticos, tenía un gran sentido del humor, y sobretodo era muy ingenioso. Lo nuestro "Fue amor a primera vista". Sin embargo, yo no era nadie, solo una chica sin hogar que para sobrevivir creció robando y engañando a los demás, él era mucho más de lo que podía merecer y aunque el bastardo resultó ser un traficante, era uno bastante caliente...
Alto, Fornido, con unos impresionantes ojos color canela, mandíbula cincelada y sonrisa encantadora.
Simplemente perfecto de pies a cabezas.
Éramos como el pan y la mantequilla, jamás nos habíamos separado.