Novia del Señor Millonario
Cariño, déjalo y ven conmigo
El regreso de la esposa no deseada
Yo soy tuya y tú eres mío
Tesoro de CEO
Mimada por el despiadado jefe clandestino
La segunda oportunidad en el amor
La venganza de la heredera genio oculta bajo la máscara
Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada
Mi encuentro con un misterioso magnate
Qué pasa si sientes que eres alguien y despiertas siendo otra persona, me ha pasado lo mismo cada día desde que tengo cinco años, antes me invadían los sueños que se sentían reales y volvían a mi como un mito de la extraña vida que cree en mi memoria jurando que podía ser mi pasado, no fueron pesadillas ni rastros de miedo los que me hicieron darme cuenta de que cuando era pequeña cuando solo tenía esos cinco años de edad fui consciente de que me abandonaron, pero jamás perdí la esperanza, siempre pensé que mi vida podía ser tan normal como la de muchos otros, aunque no imagine que sería más d
e lo que yo podía esperar o de lo que pudiera soportar.
Yo creo rotundamente en la magia, quisiera pensar que es real y si pudiera desearía verla aunque sea solo una vez, estoy en esta habitación mirando el techo color gris y obscuro ante la noche cuando me doy cuenta de que solo son sueños absurdos de los cuales no puedes escapar, cosas de niños como muchos los llaman, aunque sigo firme que no solo se trata de mi imaginación, que las hadas, los dragones y la magia de mis sueños si existen, la realidad muchas veces tiende a tener dos caras, aun después de tanto tiempo sigo sintiéndolo, que hay un lugar que me espera a mí, donde puedo ser libre, volar sobre el cielo azul, respirar el puro y delicado aire, hacer cualquier cosa que yo desee, creo que si lo conociera jamás me iría de ahí, un lugar que se sienta como un hogar, como mi hogar. Por un momento me niego a creer, hasta que abro los ojos.
Viví en un orfanato, su nombre era San Martin, está a las afueras de Vermont, un gran edificio de color blanco, con una enorme valla de metal color negro azabache, esta apartado de la ciudad en medio de las calurosas montañas, de un sol radiante y un bello naranja rojizo que atenúa la claridad del cielo, el otoño más significativo de todos los tiempos, claro solo lo decía porque yo estaba ahí, en ese particular estado, en un lugar solitario me refugie junto a otros treinta niños de distintas edades.
A lo largo de mi tiempo, los conocí a todos a la perfección, razas distintas, culturas muy únicas, pero con una bondad tan grande que supera a la de muchas personas, me enseñaron que debíamos ser como una familia, se convirtieron en una parte esencial de mí vida, estoy segura de que mi destino era llegar a donde estoy y que este aún me tiene preparados caminos muy difíciles, será bueno guiarme por mi instinto y estar segura de mí.
Pñor dentro el orfanato tenia unas cincuenta habitaciones su color particular mitad crema y mitad café osbcuro recorria hatas la bella iglesia donde todos llegamos a orar, estaba decorado con mucha figuras y tenia unas baldosas de mármol blanco en el piso, en medio había una mesa de madera café obscura y las bancas donde la gente podía sentarse eran del mimo color, había un piano y muchos instrumentos.
Como era muy inquieta me gustaba averiguar cosas nuevas y salir al jardín e imaginar que encontraba ese mundo y que me quedaba en el para siempre, que encontraba a mi familia y que ellos estaban felices de tenerme ahí, pero la realidad es muy distinta y hasta hoy me lo ha demostrado que no es fácil el camino y que debo luchar por lo que creo, yo siempre he sido así, aventurera, impaciente, con ganas de descubrir cosas que otros creen irreales, seguir cada paso en este planeta y viajar hasta donde ninguno lo haya hecho, el patio de este lugar era un enorme mundo inexplorado, me daba la posibilidad de largas horas de entretenimiento, dos grandes árboles en cada esquina dejaban caer sus hojas en el pasto seco y amarillento que se debe a la temperatura del lugar, parece como si el otoño estuviera estacionado ahí todo el tiempo un otoño frio que trae la caída de la nieve he invaden el orfanato y hacen que los momentos sean más divertidos, pero eso no me impedía explorar ya sea en los libros de la biblioteca que también era enorme, estante tras estante devoraba las páginas de cientos de libros o en el gran jardín, siempre hallaba la manera de estar centrada en una magia irreal pero muy mía.
En ese entonces pasaba los ratos jugando con Gina, una niña de mi edad, era dulce, amable, cabello alborotado y rojizo, sus risos le impiden cepillarlo adecuadamente, solíamos subir a un árbol y mirar el horizonte, fingiendo que detrás de las colinas y del sol, ocultándose bajo las montañas, había un gran océano en donde rompían las olas sobre las rocas y dejaban su espuma regada en ellas, se tornaban de blanco y desaparecía, casi puedo escucharlas, ese sonido en particular que hacen al chocar, también la briza que toca mi piel, era mágico en realidad recurrir a la imaginación para descubrir esos lugares, ella me sonreía mientras contaba mis historias de magia, ella solo escucha recostada en una de las ramas del árbol, solo viendo, he imaginado que existe ese lugar para ella, desafortunadamente ella murió, la vi irse con una sonrisa, y con esa mirada tierna que siempre me ponía, los médicos dijeron que tenía una infección muy grave, no pudieron salvarla, es triste pensar en ella, a veces la recuerdo y muy en el fondo siento que nada de lo que hay en el mundo permanecerá a mi lado, me sentí sola después de que ella se fue, como si no hubiera, ya no hubiera algo para mí en este lugar.
Todos los días la veo sonreírme en las noches cuando sueño, después veo cosas extrañas, pasan frente a mí imágenes, no sé si son recuerdos o parte de las historias que me invento, a veces borrosos como mirar sobre la niebla o sobre un espejo empañado, estoy dispuesta a encontrarlos, las personas de mis sueños, pero no sé qué tan reales sean, siento que es imposible, porque no sé nada de mí pasado.
Al levantarme en la mañana veo una paloma volar junto a mí, sobre aquel cielo en cual estoy segura se encuentra Gina, talvez sea ella, que me vigila o me cuida, la escucho hablarme, decir —estoy contigo, no estás sola, yo te protegeré, pero sé que es parte de mi mente, porque no logro recordar nada de antes de los cinco años, y hasta hoy mis únicos recuerdos son del orfanato.
Este era dirigido por monjas, recibía a muchos niños distintos cada año, la administradora era una joven con dos hijos que viaja todos los días doce kilómetros para llegar hasta aquí, su nombre es Estela, bonita, de cabello obscuro y ojos color café, se sentaba a mi lado cada tarde contándome la historia de cómo me encontraron, salía deprisa corriendo hasta el comedor para sentarme con ella, adoraba esa historia y lo que significaba para mí, siento un vacío enorme al preguntarme cuan valiente debí haber sido para estar ahí sola, como sobreviví y porque no tengo miedo del volver, comenzaba contándolo con un suspenso enorme, los demás se acercan y la rodean, sabía cómo llamar nuestra atención.
—Era una tarde muy helada, el sol no se veía en el cielo, Ema y Clarisa fueron al pueblo a traer víveres, la escases abundaba en estos tiempos, teníamos poca comida, la tarde llego muy rápido, la lluvia alcanzo a arreciar, así que decidieron parar cerca de una pequeña cabaña en medio del camino, parecía maltratada y descuidada, la lluvia no paraba de caer, cada vez era más fuerte que los caminos no se distinguían, tocaron una o dos veces, nadie abría, siguieron por un rato, pero el silencio les hacía dudar de que alguien viviera ahí.
—buenas tardes, dijeron ellas, —hay alguien en casa, una y otra vez, pero nadie contestaba.
—No les dio miedo, —no, son valientes como tú, —estaban a punto de irse, cuando de pronto dentro de la casa, se oye una voz, aunque temerosa y débil, muy clara al hablar
—quien era, le pregunte
—Eras tú, mencionaste varias frases, —pueden entrar, aquí solo estoy yo, tengo miedo, donde estoy.
Abrieron la puerta y para su sorpresa solo había una pequeña valiente de cinco años, sola en medio de la nada, aterrada, confundida y sin memoria alguna, a leguas parecía que acababas de levantarte pues aún bostezabas, te dio miedo así que tardaste en responder, te abrigaron con mantas calientitas y cuando la lluvia por fin se detuvo, decidieron seguir su camino, regresaron para poder atenderte, porque tenías un golpe fuerte en la cabeza que aún no sanaba adecuadamente.
—No recuerdo nada de eso, —claro que no, eras muy pequeña, te desmallaste no eres lo suficientemente fuerte como para recordar ciertas cosas, perdiste tus recuerdos y esa noche lo único que conocías, era tu nombre, —Melany así me llamo fueron las únicas palabras que tus labios sostuvieron antes de quedar inconsciente.
—sigue, sigue, quiero saber mas
Estela me dijo que cuando me trajeron, estaba un poco flaquita, llevaba ya unos días sin comer, también lo agotada que me sentía en ese entonces, que cuando me asearon, quede profundamente dormida, esa historia la oía casi todo el tiempo, pero me suena a un cuento narrado por ella y no a lo que me paso, nunca he recordado como llegue aquí, todos se preguntaron cómo hice para sobrevivir, creo que tarde, pero averigüe la respuesta, yo no soy alguien común y siempre me ha quedado claro.
El día en el que me encontraron fue un 4 de septiembre del año 1990, decidieron trascribir ese día como la fecha de mi nacimiento porque no sabían la real, entonces para esa fecha ya había cumplido los cinco años.
Al final del invierno pasados dos mes, una familia decidió adoptarme, los Johnson, me llevaron al sur de Vermont y de ahí nos mudamos a Natchitoches en Lousiana, donde se suponía se encontraría mi nuevo hogar, cuando llegamos a su casa me sorprendió que fuera enorme, vieja y antigua con grandes jardines, el pasto era verde, había grandes arbustos con flores, una briza fresca que no había sentido antes, pude apreciar el color y frescura de la primavera, me encantaba tener una nueva familia ser parte de un lugar y compartir momentos que nunca olvidare, pero aún después de tantos años sigo buscando a mi familia real, quiero saber la verdad porque me dejaron ahí.
Al entrar en la casa de inmediato pude reconocer el calor que asemeja a un verdadero hogar no es tan difícil de percibir, pase mis dedos lentamente por los muebles de madera cerca de la puerta, mis ojos encontraron los marcos con las fotografías de los Johnson en aquellas paredes color crema, al subir las escaleras pude oír el rechinido de la madera en los escalones, al final del corredor observo la puerta del que ahora es mi cuarto, ese día entre en la habitación y la pintura aún estaba fresca el olor me confundió un poco los sentidos, un hermoso color lila con bellas decoraciones, todo esto es lo que una niña a esa edad sueña cuando la adoptan, me sentía la persona más afortunada del mundo, ellos son muy cariñosos y me tratan muy bien es en todo lo que me puedo concentrar en ellos siendo amables, dándome todo el amor que siempre quise tener.
Esos son bonitos recuerdos de mi niñez ahora ya tengo 19 y estoy muy lejos de mi antigua casa, pero sigo recordándolo todo, como que había un sendero iluminado por la luz del sol, que las mañanas eran brillantes y placenteras, me sentía libre al salir a disfrutar de la brisa en el balcón, bajar las escaleras e impregnarme del aroma humeante de las galletas de vainilla que Katy preparaba cada mañana, era una rutina construida de ida y vuelta a la escuela, el césped del jardín, húmedo y fresco en mis pies descalzos, el sonido del agua chocando con las rocas de aquel arrollo que estaba muy cerca, ese era mi lugar favorito en todo el mundo quizá algún día regrese ahí, ahí tuve los maravillosos momentos que llevo en mi corazón, jamás se desvanecerán serán para mí siempre lo mejor de mi vida.
Los días pasaban y pasaban cada uno con su nueva forma de cambiar, en esa época vivía como cualquier persona normal, sintiéndome parte de una familia y de un mundo real que se existía a cada segundo, pero temía por esto, que mi vida cambiara y que todo desapareciera que solo fuera un simple sueño, descubrir que tal vez la vida no sea tan grandiosa y que cuando por fin pude sentirme feliz una vez, todo alrededor se derrumbe; hoy ya no me siento así, sé que cualquier cambio que se produzca en el universo y en mi destino sabré afrontarlo mientras este cerca de mi familia.
El pueblo estaba a unos treinta minutos de la casa, había un camino corto de la entrada hasta una carretera que cruzaba por toda la ciudad, las calles del pueblo estaban repletas casi siempre por mucha gente, los domingos más de lo habitual, en ocasiones se podía caminar por la acera de las carreteras, porque no pasan muchos carros por este lugar, nunca imagine que me gustaría tanto vivir aquí.
Mis padres se llaman Esteban y Catalina Johnson, dos jóvenes de 28 años, se casaron a los 25 y siempre esperaron la llegada de un hijo, fue una decepción saber que ella no sería capaz de ser madre por sí sola, lloraba todas las noches angustiada, hasta que Esteban la convenció de que había una manera de calmar su ansiedad y de convertir su tristeza en una alegría para ambos, decidieron que lo mejor sería adoptar, Katy como todos le dicen tiene el cabello entre naranja y rojo, sus ojos cafés claros y una sonrisa muy hermosa, ella es una dama de la alta sociedad, lleva vestidos caros, viaja en carros lujos y come en restaurantes de un valor numeral muy alto, creció en este pueblo en una de las villas más reconocida y extravagantes, Esteban me conto como la conoció, en ese caluroso verano de 1983, sus palabras exactas fueron —esa tarde Mel, la plaza estaba repleta de gente, entre la multitud se destacaban unos bellos ojos, me acerque para mirar, y no lo pude evitar, enamorarme de ella, el un joven militar y ella una joven millonaria de Lousiana, nunca se volvieron a separar, —cuando yo sea grande voy a querer a alguien, será tan perfecto como tú quieres a Katy, solo me sonreía.
Su familia no estaba muy de acuerdo con la clase social de Estiben, pero al final aceptaron su matrimonio, parecía que les importaba más su felicidad que las absurdas clases sociales, no puedo entender como esta gente, me quiere, en realidad no soy nada especial, mi cabello castaño y medio ondulado esta alborotado todo el tiempo, más que nada se vuelve una locura, mis ojos son cafés tenues, de tés clara, no me parezco en nada a la clase que ellos tiene.
Mi abuela la madre de Katy hacia unas fiestas elegantes para gente importante, vestían ropa de calidad, cenaban cosas que a mí me parecían raras cuando era niña, como el caviar, langosta, Trufas blancas y uno muy extraño llamado Matsukake una rara especie de hongos silvestres que encontraba casi siempre en el jardín pero es un platillo muy conocido y finamente elaborado, según los argumentos de mi abuela, ella era un poco estricta, si notabas su comportamiento detenidamente te dabas cuenta de que se simplificaba a algo de ironía y credulidad, pero estando conmigo solía ser la persona más amable de toda la familia.
Katy y yo somos la mezcla perfecta de dinamita que explota casi todo el tiempo, ella me quiere convertir en algo a su manera, y yo que por dentro me siento libre, estoy entusiasmada por perseguir mis aventuras, por descubrir cosas nuevas, soy como el viento, sigo adelante aunque la situación me parezca extraña, me esfuerzo por encontrar algo real pero al mismo tiempo mágico, quiero disfrutar cada segundo de mi tiempo, sumergirme muy adentro en la fantasía, en las historias de los libros que Katy me leía por las noches, los que aún me hacen soñar despierta, abrir mi mente a innumerables aventuras de las cuales yo soy protagonista, esos misterios profundos que deseo desde el fondo alcanzar, cosas que solo puedo encontrar en las palabras de los libros que ella me narraba, amaba como Katy relataba esas historias, en especial una, la encontré por casualidad y ya no puedo dejar de pensar que me es muy familiar.
Subí al ático un día, había cosas por todos lados, amontonadas entre los rincones, cubiertas con sábanas, el polvo bañaba los juguetes y esos pequeños cojines en el piso de madera que parecía astillado, también entraba por la venta de media luna un sol brillante que iluminaba la mayor parte del lugar, en un rincón había un gran baúl escondido detrás de unas grandes cortinas, las recorrí suavemente para poder tener acceso a él, cuando lo abrir sentí una enorme emoción al ver que estaba repleto de libros muy antiguos, sus páginas enmohecidas por la humedad, había tanto polvo en ellos que estornude varias veces, pude tomarlos con facilidad porque no tenía llave, creo que llevaban años ahí, solo uno me llamo la atención, un libro de pasta gruesa, color azul marino, en la parte superior izquierda de la tapa un hermoso relieve de flores, y sobrepuesta tenía dibujada una gran letra E encorvada con una flor enredada y ocho lunas a la derecha de distintos colores, sus páginas aún se conservaban en buen estado, es extraño he impredecible la razón por la cual no ha sufrido daños, hasta la fecha aún se conserva intacto y me sigue recordando lo maravillosas que son las aventuras y la magia, lo lleve a bajo y pregunto por él.
Katy respondió con una sonrisa en su rostro arrastrando a su mentes cientos de recuerdos, mi abuelo se lo había traído dos años antes de Inglaterra en un viaje de negocios, cambio su viejo reloj de bolsillo por aquel libro, le pareció interesante su contenido, quien se lo vendió le conto una historia un poco absurda, le dijo que el libro llevaba ya cien años en una vieja biblioteca de Londres y que era una reliquia familiar, mi abuelo pago mucho por el libro además de entregar su reloj, pero la suma no le pareció comparable con la sonrisa que Katy tendría al recibirlo, pensó que su hija apreciaría mucho el detalle y que nada valía más que eso.
Todas las noches Katy subía a mi cuarto, me arropa, con tanto entusiasmo le suplicaba que me leyera ese libro, tenía muchas pequeñas historias pero la historia que más me gusta, se llama La Magia De Las Ocho Lunas, su nombre es peculiar y me hace creer que está acorde con su portada, es absolutamente increíble, se sentaba junto a mí pasándome la mano suavemente sobre los mechones de cabello que caían en mi rostro, los deslizaba por mi frente y me decía.
—abrígate bien mi niña, cierra tus ojos, porque aquí comienza esta historia.
—Si miras más allá de las colinas, pasando aquellos hermosos valles, los árboles que cubren por completo el extenso camino, encontrarás un mundo maravilloso, un lugar llamado Ezcae´z, los ojos de los humanos comunes se admirarían al descubrir tales bellezas, habitado por las más extraordinarias creaturas, tan sorprendentes y de la más variedad de vida animal que existe, con personas muy muy especiales.
En él existen ocho reinos que gobiernan este mundo, cada reino alineado a las ocho lunas en el cielo, con distancias diferentes, costumbres propias y su magia que es realmente única, especiales pues la edad que tenemos es singular, eterna por así decirlo hasta nuestro punto limite, vivimos hasta los veinticinco años de edad humana, en ese momento es cuando se para el tiempo, después de todo somos seres mágicos, solo entonces vivimos dos mil quinientos años y si lo deseamos podemos vivir mucho más, todo depende de nuestras acciones, la infinidad existe aún para los humanos.
Hablare brevemente de ellos en realidad no los conozco del todo y por así decirlo no los he visto en sí, jamás he salido de mi pueblo, entonces solo resumiré lo que se por las historias que me cuenta mi madre. El Primer reino se extiende hasta el sur del territorio, Heyll es un gran valle, lleno de árboles, flores y la más increíble naturaleza, colores vivos que recorren el paisaje primaveral, hasta llegar a un gran lago donde florecen las brillantes tusatinas, flores inigualablemente hermosas que resplandecen con la luz de la luna y la del sol, habitando este valle se encuentra las hadas y duendes, creaturas amigables, inquietas e inevitablemente curiosas, brindan magia a través de las flores, flores que resplandecen ya que sus pétalos brillan como diamantes relucientes, suaves y de vivos colores que resaltan su belleza, Heyll tiene la responsabilidad de cuidar toda la naturaleza de los reinos, las hadas y duendes hacen crecer los árboles, fabrican pócimas medicinales, crean festivales de cosecha de vegetales que reparten por todos los reinos, las alas de las hadas son transparentes y se iluminan de manera extraordinaria, no con un brillo incandescente, si no como el toque de luz sobre una ventana cristalina cuando la atraviesan los rayos del sol, en cambio los duendes son agiles y buenos trepadores, les encanta caminar largos tramos de senderos, son muy platicadores y expertos en la creación de miles de objetos, Sofía es el nombre de la gobernante absoluta de Heyll, la reina más benévola y valiente que haya conocido el reino, una hermosa líder que guía a todo su pueblo, ella sin duda tiene poderes extraordinarios y déjenme decirles que lo que dicen es que estos seres odian ser intimidados, pero cuando brindan apoyo siempre crean fe.
El segundo reino lleva el nombre Amnea son un pueblo de personas amantes de las águilas, en un bosque tan hermoso que reluce ante las hojas verdes de los árboles que lo rodean, la pasión los hace tener confianza, cuando se trata de luchar dan todo en la batalla, tienen habilidades únicas e incomparables, son guerreros entrenados para sobresalir ante cualquier amenaza, los Ameones tienen un rey poderoso que resiste a toda dificultad, alguien capaz de sobresalir ante cualquier situación, Edward y su hijo Francis mantienen a todo su pueblo sin el más mínimo peligro, un día algo valioso para ellos desapareció, el símbolo de su reino, un águila que jamás volvió a ser vista por nadie, su nombre era Spedd, acompañaba al príncipe en todas sus travesías, un fiel compañero, en ese momento Sofía llego a su reino con un majestuoso grifo que creo con su magia para agradecer al rey las incontables veces que le había apoyado, desde entonces se convirtió en el guardián, incluso las tropas del rey recibieron uno como recompensa.