Narrador omnisciente
Un nuevo día comenzaba en la hermosa ciudad de Boston, el clima era soleado y agradable, parecía solo ser uno más como cualquier otro, pero no lo era del todo para dos personas en especial... Este día significaba el inicio de una gran historia para dos personas que romperían todas las reglas de lo que socialmente estaba bien visto y crearían y escribirían su propia historia. Su propio "Felices para siempre"...
POV Aurora
No puede haber una cosa que odie más que el sonido del maldito despertador ¡Dios, que fastidio!
Aunque mi cuerpo me exigiera descansar al menos cinco minutos más, mi mente me pedía comenzar a prepararme para este día, así que con toda la pereza del mundo, me levanté a regañadientes a apagar la alarma que me indicaba que era hora de levantarme y empezar a arreglarme para mi primer día, honestamente me sentía emocionada, muy emocionada para ser sincera...
¿Cuál era el motivo de mi emoción? Se preguntarán... Bueno, aquí les cuento un poco de mí y de mi historia.
Mi nombre es Aurora West, tengo 23 años y me estoy preparando para convertirme en abogada, tal como siempre lo he soñado. A este punto, ya he terminado con la carga académica de mi carrera, solo me resta poder hacer mis prácticas profesionales para poder concluir, recibir mi título y finalmente ejercer dentro de este mundo laboral.
Justamente es por eso que hoy me siento tan emocionada, se me presentó la oportunidad de poder realizar mis prácticas dentro del mejor bufete de abogados de la ciudad de Boston, "The New Age Law Firm", ese bufete era el mejor de la ciudad y uno de los mejores de todo el país entero, definitivamente era una oportunidad única.
Sin perder demasiado el tiempo, comencé a prepararme para poder partir con tiempo de sobra hacia aquel lugar. Me di una ducha rápida, hice toda mi rutina y me vestí de la forma más profesional que pude, llevaba un pantalón de vestir negro un poco entallado de la parte superior, y una blusa sencilla blanca. Mi estilo en general era algo bastante sofisticado, clásico aunque con un toque sensual a la vez, no importaba la ocasión, amaba vestirme así.
Estando ya lista, salí de mi departamento y tomé un taxi que me llevaría hacia el edificio donde haría mis prácticas. Sabía que ese bufete tenía tal éxito gracias a un abogado en particular, desconocía el nombre de dicho abogado, solo sabía que era demasiado respetado por todo el mundo y no había un solo caso que él perdiera; ahora que lo pienso, creo que debí informarme un poco más acerca de él, aunque siendo honesta, no creo siquiera llegar a pisar su oficina así que, ¿Qué más da? Me imaginaba que no me darían un puesto tan importante, y lo entendía perfectamente.
Llegué al lugar con bastante tiempo de sobra, caminé con paso seguro y una emoción contenida hacia las puertas de ese edificio, que era bastante grande. Al estar en la entrada pude notar que había bastante personal de seguridad alrededor, y podía imaginarme el porqué. En esta profesión, puede llegar un punto en el que se torne algo "peligroso" para nosotros, ya que no todo el mundo estará conforme con los resultados que se puedan obtener.
-Buen día señorita, ¿Tiene cita?- Preguntó un hombre amablemente en la entrada antes de dejarme pasar.
-Buenos días, así es. Soy practicante, me dijeron que me dirigiera a la sala de juntas 136-B, mi nombre es Aurora West- Dije dando la información que me habían entregado, el guardia pareció revisar una lista y regresó su mirada a mí.
-Claro, adelante. Tome el ascensor y marque el piso 19, ahí se encuentra la sala de juntas que mencionó- Me explicó el joven amablemente, le agradecí con una sonrisa y caminé al interno del edificio.
Tuve que pasar por el detector de metales y una pequeña revisión, vaya que se toman enserio la seguridad en este lugar. Sin más distracciones, me dirigí al ascensor y marqué el piso 19, que era de hecho el penúltimo piso. Me sentía algo nerviosa pero muy emocionada, estaba lista para dar todo de mí y demostrar de qué estaba hecha. Al llegar al piso, salí del ascensor y comencé a caminar lentamente por el lugar, todas las oficinas en este piso eran oficinas cerradas dando completa privacidad al interno, caminaba viendo las letras inscritas en cada puerta hasta que llegué al final donde había una placa metálica más grande indicando que ahí era a donde me dirigía. Tomé un poco de aire y toqué la puerta dos veces.
-Adelante- Dijo una suave voz varonil, suspiré y abrí la puerta sintiéndome confiada y segura. Al entrar pude ver una gran mesa redonda donde solo estaba ocupando lugar un hombre de algunos 30 años, tal vez un poco más, era bastante apuesto honestamente. Se puso de pie al verme y estiró su mano hacia mí.
-Tú debes ser Aurora, ¿Cierto?- Preguntó el hombre con una sonrisa, se le veía bastante amable y cálido.
-Buenos días- Fue lo primero que dije al tomar su mano –Sí soy yo, un gusto, ¿Usted es...?-
-El gusto es mío, Sebastian Stan, soy abogado penalista y sub-director del bufete- Se presentó con amabilidad.
Así que era la mano derecha del jefe... Notaba que era algo joven, ya que me imaginaba que el jefe sería seguramente un viejillo cascarrabias, ellos no suelen contratar a personas tan jóvenes para rangos tan importantes.
-Adelante, toma asiento- Me invitó a sentarme a su lado para conversar –Bien, entonces, Aurora- Repitió mi nombre viendo unos documentos rápidamente y cerrando la carpeta para volver a concentrar su mirada en mí –Tengo entendido que vienes de Portland, de la Universidad de Concordia, ¿Es así?- Preguntó queriendo corroborar mi información.
-Sí, es correcto- Respondí con una pequeña sonrisa.
-Excelente escuela, si me lo preguntas. El profesor Cumberbatch me pidió el favor de poder integrarte como practicante en el bufete, habló maravillas de ti y dio excelentes recomendaciones tuyas- Continuaba la conversación, él parecía ser muy agradable.
El profesor Cumberbatch, mi profesor favorito, gracias a él fue como pude conseguir esta oportunidad en el bufete, él mandó mis papeles y pidió el favor de que me pudiesen aceptar, le debía una.
-Sí, estoy muy agradecida tanto con él como con ustedes por esta oportunidad, le aseguró que daré lo mejor de mí para poder ser de ayuda en este lugar- Aseguré mirándolo con confianza.
-Estoy seguro de que sí, sé que Benedict no mete las manos al fuego por cualquiera, me gusta tu actitud. Pero hablemos un poco de ti, estarás trabajando con nosotros al menos 6 meses en lo que terminan tus prácticas profesionales, así que me gustaría conocerte un poco mejor para poder sobrellevar el tiempo de una forma más amena y cordial-