Teresa
Observé mi entorno. El lugar antes me había parecido tan cómodo. Mi estación de control, me decía a mí misma. Mi oficina. Ahora, las cosas se habían complicado. Tenía que tomar una seria decisión antes de continuar con esta locura.
—Te traje la ropa adecuada. Sabrás que el lugar al que debes asistir es un sitio muy distinguido. —me dijo Carl, con su tono de voz amable de siempre.
Me miró con preocupación, cualquiera estaría así de preocupado por mí. Mi hermana mayor había muerto hacía un mes, todavía estaba de duelo. Tenía que hacer esto, era la única forma de encontrar la justicia que Marie se merecía.
—Gracias. He tomado ya la decisión. —dije, tratando de creerme mis propias palabras.
Carl tragó saliva, mirándome, con los nervios de punta. Supongo que hasta el último minuto había pensado que yo no seguiría adelante con el plan.
—Bien. Repasemos la información. Tienes tres sospechosos que estaban cerca de Marie. El último mes, ella estuvo en contacto cercano con Eduard Soth, Collin Smith y Daemon Racchio.
Recordaría esos nombres, aunque él no me los dijera. Porque eran los tres sospechosos por el asesinato de mi hermana. Yo lo sabía, la policía los identificó solo por sus nombres, la investigación había quedado en la nada.
Trabajaba hace cinco años en este programa de televisión de noticias. Era una periodista novata cuando Carl me recibió, dándome la oportunidad de trabajar haciendo entrevistas y reportajes pequeños. Con el tiempo, me fue dando la confianza de ir a las escenas más fuertes, que era lo que yo más buscaba. Ansiaba ver los detalles en los crímenes y conflictos, realizar las entrevistas adecuadas para que los problemas fueran resueltos.
Pero jamás creí que me pasaría a mí. Que yo sería la protagonista silenciosa de un crimen terrible. Mi hermana, Marie, había sido encontrada asesinada en un predio descampado en las afueras de la ciudad. En una zona cercana a un hotel residencial, donde los miembros eran selectos y adinerados.
No pude seguir pensando, Carl volvió a hablarme.
—Esto es delicado, Teresa. Solo nosotros dos sabemos de esta investigación paralela. La policía resolvió que no había culpables en el crimen por falta de pruebas. Por lo que lo que estamos haciendo no es legal. Una periodista no puede infiltrarse a sacar información en un lugar como este.
Lo miré fijamente, había confiado en mí cuando le pedí el trabajo hace tantos años, cuando yo no tenía experiencia. Ahora, se estaba arriesgando, ayudándome a desentrañar la injusticia de Marie. La información que Carl había conseguido era valiosa, era algo que ni siquiera la policía conocía.
—Los tres sujetos pertenecen a grupos adinerados del país. El hotel es su segunda casa. Son buenos amigos, hemos recibido información de que pasan allí una gran parte de tiempo.
Hice una mueca de desagrado.