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Mi dulce rebeldía

Mi dulce rebeldía

Kea Cami

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82
Capítulo

Ella solo le pidió un favor a Demian. Que le quite la pureza para convertirse en una mejor bailarina. Lo que jamas penso Demian es que una noche em su cama seria su perdición."Es una mojigata en potencia" esa fueron sus palabras. Como dice el dicho la curiosidad mato al gato y Demian tenía mucha curiosidad. Te invito a ser victima del efecto Demian.

Capítulo 1 Prólogo

DEMÍAN

- ¡Hola Demián, que casualidad verte acá! - sonrió de una manera automática, ¿Casualidad? dudo que Mónica no supiera que iba a venir a esta fiesta a la cual estaban todos invitados, además de que es más que obvio que se acercó a mi buscando algo muy concreto.

No me extraña, siempre es así, vuelven por mas, es el efecto que causo y mientras no me estén molestando todo bien.

- ¿Qué pasa Mónica ahora sos tímida? Es obvio que lo que buscas es una noche de sexo - ella sonríe y muerde su labio inferior.

- Ay Demián siempre sabes lo que una chica quiere - Sonrió y asiento.

- ¿Entonces vas a seguir haciéndote la santa o vamos al grano? - pregunto arqueando las cejas.

- ¡Me gusta que sos directo y también me gustan otras cosas que haces muy bien! - me paro y pasando mi brazo por sus hombros salimos del lugar.

No soy un mujeriego como deben estar pensando, porque la definición de mujeriego es el hombre aficionado a coquetear o conquistar mujeres y eso a mí no me pasa, yo nunca intento conquistarlas, porque esto es solo sexo, coger o no sé cómo le dirán, pero es solo eso. Es la mejor forma de descargar mis necesidades y seguir mi vida como si nada.

¿Mónica? ella es una de las más populares de la universidad a la que yo iba, pero su popularidad va más allá de tener amigos, más bien de la cantidad de hombres que pasaron por ella. Yo la considero una mujer que disfruta su sexualidad y me parece perfecto que viva su vida como quiere, si yo lo hago ¿Por qué ella no?

Llego al departamento, rogando que Gabriel todavía no haya llegado y para mi suerte no llego, agarro nuestro cartelito que dice ¡Ocupado! y lo pongo en la puerta.

Vivimos en un departamento que era de mi Tía/ madrina Atenea o como todos le dicen Nea, ella es la mujer de mi Tío Erik, hermano de mi mamá. Ella nos dio su departamento a Gabriel mi mejor amigo, a Livie y Lilian, mis primas; las gemelas insoportables como las apode.

Somos 4 personas y dos habitaciones así que pusimos una regla, el que llega primero usa el cuarto cuando se trata de traer mujeres u hombres en caso de las chicas o quien dice quizás Gabi quiere traerse a un chico.

La cuestión es que por suerte llegue primero y tengo la habitación para mí.

- Demián! estas distraído - Mónica ya empezó a desabrocharme la camisa mientras besa mi cuello.

Me concentro a lo que la traje y también comienzo a desvestirla, tiene muy buen cuerpo y solo un tonto no se calentaría al verla desnuda y yo tonto no soy.

Unos minutos y ya está en mi cama, yo entre sus piernas, mientras ella gime sin parar, eso me gusta.

Siento como aprieta mi espalda y sé que va a llegar así que acelero mis movimientos y cuando llega al orgasmo cierro mis ojos para no ver los de ella. ¿Por qué? no me gusta mirar a los ojos a ninguna mujer con la que me acuesto, me parece que no tiene sentido y que es forzar una conexión estúpida. Además de que al verlas, esto para mi es solo placer y ellas tienen los ojos como si fuera algo sentimental. Eso al igual que los besos me parece que para algo casual no es necesario.

Con mis ojos cerrados termino y salgo de su interior parándome para ir al baño y tirar el preservativo.

Y así sigue mi noche unas veces más, sexo y más sexo, porque eso cura todo el estrés y es algo necesario para mi vida y mi cuerpo.

¿En algún momento fui diferente? mmm no lo sé, la verdad que siempre me arto que todos esperaran tanto de mí, me canse de escuchar a mi mamá decir "Tu papá es el hombre más bueno que conocí, el más dulce, el más cariñoso" Y muchas veces eso me pareció exagerado.

¡Ya! esperan demasiado de mí, es demasiado difícil entender que yo soy así, siempre fui así, desde mi niñez siempre me sentí diferente.

Así es como yo soy, lo que muchos dicen un Rebelde, es mi vida día a día y no se trata de rebeldía, esto es lo que soy y mi mamá a pesar de que ya tengo 22 Años sigue angustiándose por según ella "La vida que llevo".

Pero algún día va a entender que yo no soy lo que ella espera, ¡Yo soy yo! ¡Y eso está bien!

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