Una mujer con una gran percepción, la cual le falta desarrollar, pero quizás un miedo interno le hace negar aquel poder; esta mujer esta es engañada y dejada por su marido, debe aprender a encontrarse a ella misma y ocuparse de su hija de ocho años, ya que ahora están solas. Un vampiro de cientos de años, que le gusta dominar tanto en el sexo como en cualquieras otras situaciones, debe aprender a controlarse y, quizás, encuentre aquello que le hace falta en el amor de una humana. ¿Podrán ambos congeniar con sus defectos y virtudes? ¿Ella dejará de ser prejuiciosa al conocer los secretos de aquel vampiro? ¿Él podrá dejar de su corazón sienta, después de un tiempo?
Inglaterra, 1865.
Ya no aguanto a mi madre y sus deseos por según ella alegrar mi vida y darle un sentido. Hoy en especial me ha insistido en que la acompañe a la gala que va a dar la reina Victoria. He hecho de todo, para demostrarle que estoy bien a pesar de la traición de Alexandra, pero como toda madre no se le puede engañar. Ella sabe que a pesar de mi exterior calmado aún en mi interior sigo sufriendo y me niego al amor, pues no pienso caer en la trampa una segunda vez y mucho menos sucumbir ante nadie más.
- ¿Hijo estás listo?, en unos minutos tendremos que partir, para el palacio de Buckingham, ya sabes que es descortés llegar tarde a la recepción de la reina y más cuando tú has sido invitado, para deleitar a sus invitados con tu hermoso talento musical. -dice mi madre al entrar a mi alcoba muy sonriente vestida con sus mejores galas, para la ocasión.
-SÃ madre, ya iba a buscarte a tus aposentos. -respondo en un tono cordial.
Aunque si de mà dependiera el ir o no a ese evento yo mejor hubiera preferido quedarme y enfocarme a cosas más importantes, pero de una u otra manera tengo que darle gusto, porque sé qué hará hasta lo imposible por salirse con la suya, asà que de nada sirve poner negativas. Tomo mi bastón y mi sombrero y acompaño a mi madre hacia tal evento. Ella se ve tan hermosa y tan joven que cualquiera dirÃa que es mi hermana y no sólo por su aspecto, sino también por su carácter tan jovial. Hay ocasiones en las que parece que soy el padre, por mi carácter reservado y aguerrido, producto de la crianza que tuve por parte del sir de nuestro clan.
Al llegar a la recepción, con cortesÃa ayudo a mi madre a bajar del carruaje y nos dirigimos a la entrada del palacio. Muchas de nuestras amistades se encuentran presentes, y nos observan cuando nos ven llegar. Al parecer este evento es mayúsculo comparándolo con otras fiestas a las que hemos sido invitados, todos lucen sus mejores galas y las mujeres casaderas están ataviadas con su mejor ropa y arreglo personal. Mucha de la finalidad de estos bailes es agradar a los caballeros que como yo que están en edad de buscar esposa. DeberÃa de traer un letrero que diga Conmigo no pierdan su tiempo. No pienso caer ante sus coqueteos y menos cuando su único propósito es colocarse en altas posiciones sociales sin importar el amor. Pasamos entre la multitud deteniéndonos a saludar de manera cortés a nuestros conocidos y entre ellos me encuentro con mi buen amigo Frederick.
-Mon Ami, creà que no vendrÃas, pues no es tu tipo de lugar para divertirte. -dice con tono de burla al saludarme.
- ¿Y perderme cómo te diviertes y deliras por todas las mujeres casaderas de este lugar? Creo que ese sà es un espectáculo digno de admirar querido amigo. -Le digo sarcásticamente.
Trato de incluirme en la celebración conviviendo con la crema y nata de Inglaterra, pero mis pensamientos me llevan en la dirección contraria. Entre pláticas sociales y polÃtica ha pasado mucho tiempo después de nuestro arribo al banquete, cuando de repente se anuncia la llegada de la reina. Todos los presentes realizamos las caravanas de protocolo ante su presencia, para recibirla mientras atraviesa el gran salón. Me preparo, para iniciar mi interpretación en el piano y asà deleitar a la reina y a sus invitados con mi última creación musical. La música es mi escape de la realidad y disfruto en cada nota entregando mi pasión en cada acorde que mis dedos tocan deslizándose por las teclas de este hermoso piano.
Una vez terminada mi interpretación los invitados me ovacionan, por tan hermosa melodÃa y me deleito en sus aplausos. Si no fuera porque mi buen amigo me aguarda, para iniciar la verdadera diversión en este evento ya me hubiera ido, ya que no le encontrarÃa sentido seguir aquÃ, para ser asediado por las señoritas casaderas. Me desplazo entre la multitud recibiendo con cortesÃa sus felicitaciones, las cuales me hacen sentir orgulloso de mis creaciones, hasta llegar al otro lado del salón donde mi madre y Frederick me aguardan.
La recepción pasa como cualquier otra y me divierto un poco gracias a la gran compañÃa de mi amigo, pero después de unas horas de estar aquà lo único que quiero es retirarme lo antes posible y recluirme en mis aposentos, para entregarme a lo que en verdad amo, La música. Sin que se den cuenta me retiro a los jardines, para encontrar, aunque sea un poco de calma y alejarme del bullicio. Sin esperarlo sale de entre los arbustos que adornan el jardÃn una anciana, por su aspecto me doy cuenta de que es de origen gitano y se dirige hacia mà a paso decidido, no le presto importancia. Lo más probable es que venga a pedirme alguna limosna, para ayudarla a alimentarse.
-Joven prÃncipe, la pena de tu corazón me ha guiado hacia ti.
Sus palabras me sorprenden, ya que nadie fuera del clan sabe que soy su prÃncipe y mucho menos saben las penas de mi corazón.
- ¿A qué te refieres gitana?
-Sé quién eres, señor de la casa del dragón, y lo que eres en realidad, y esta noche la pena de tu corazón me ha llamado, para darte alivio. Es mi deber ayudarte y guiarte en sanar esto joven prÃncipe, aunque sea con un poco de esperanza. -dice tomando mi mano como queriendo leerla.
-Nadie puede hacer nada, lo hecho, hecho está y no hay remedio alguno que cambie lo ocurrido.
-Te equivocas joven prÃncipe, lo que ahora vez como tu desgracia en realidad es tu salvación. -dice en tono profético escrutando mi mano.
-ExplÃcate mujer. -Le pido intrigado, por revelar su mensaje.
-Veo que el amor para toda tu eternidad es una hermosa mujer que no es de este tiempo, su tiempo todavÃa no llega y tendrás que ser paciente hasta que entre a tu vida, puesto que ella aún no existe -La gitana sigue viendo las lÃneas de mis manos con detenimiento indagando en su significado -. Es una mujer con dos almas, única en verdad, iluminada por la llama del fuego que consume y da vida cual fénix llegará a ti cuando menos te lo esperes, mostrándote el milagro de la vida de la manera más sublime que jamás hayas visto, pero aun asà tú no la reconocerás, pues sabrás quién es en realidad cuando veas su alma, ella te la mostrará revelando su verdadero ser sin que tú uses tus dones, sólo entonces sabrás quién es ella -dice mirándome a los ojos.
Sus palabras me impactan, pero a la vez me cuesta trabajo creerlas, comienzo a pensar que es una mujer contratada por mi madre, para hacerme creer esta sarta de tonterÃas y de esa manera yo encuentre una esperanza al amor después de cerrarme ante él.
-Eso es imposible, no creo en estas cosas, gitana. -espeto enojado ante la posibilidad del engaño de mi madre.
-Pues debes creerlo. Ella, te llevará por el camino para recuperar lo que por derecho de sangre te pertenece, sólo ella y nadie más te impulsará a pelear por lo que a tu familia le ha sido robado.
Esta última afirmación me impacta mucho y no puedo pensar más que...
« ¿Se referirá al señorÃo de mi clan...? »
CapÃtulo 1 Prólogo
07/01/2023