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Destino sin fin de lucro.

Destino sin fin de lucro.

Marcet

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Capítulo

Marcela. Una chica de 20 años, se casa con el hombre que siempre estuvo enamorada desde el colegio, a el lo obligaron a casarse y a re nunciar al amor de colegio, pero aún así decide estar con Lariza una mujer vanidosa, llena de maldad, manipuladora, el divorcio es algo que no se pude detener ya que es imposible para Marcela seguir viviendo esa vida miserable con tan solo 21 años decide ponerle fin a su infierno vivido en ese matrimonio, decide pasarse por muerte durante unos años pero nunca se imagino que el destino la iba a llevar de vuelta con el hombre que tanto la humilló y despreció, se envuelven en el destino sin fines de lucro, donde involucran todo menos el amor. Porque ella solo quiere venganza

Capítulo 1 Divorcio

¡Malditase!

¿Cómo pudo ocurrir?

¿Cómo se lo diré?

El me odia y posiblemente me mate cuando se entere de lo que pasó... El me dijo que si se enteraba que yo quedara embarazada por error lo iba a pagar muy caro.

Lo mejor será que lo deje y me vaya lejos antes de experimentar su furia en mí.

2 horas antes...

¿Doctor que es lo que tengo?

-Señorita Raudales, usted esta embarazada felicidades.

Quede totalmente en shock... no sabía como reaccionar, el doctor siguió hablando y yo ni si quiera escuchaba lo que me decía.

Se que Brando no me lo va a perdonar nunca, el se caso conmigo por obligación se que el no me ha amado durante esto año y medio de casado.

El solo cumple con el papel de esposo de la puerta para afuera de la casa. Pero cuando entramos a esta, el me trata como una total desconocida y si hora se da cuenta... mi vida correrá peligro. Lo mejor será que me aleje de él y que el sea feliz con su amada. Y yo desaparezca de la faz de la tierra.

Brando es un hombre muy temperamental; si ha él no lo hubieran drogado y fuera yo la víctima donde desahogo todo sus bajas pasiones; aunque intente por todos los medios poder detenerlo, mis fuerzas no eran nada comparado con las suyas.

Llegue a la casa... pedi unos días libres en el trabajo por enfermedad. Tenía que pensar cual era mi próximo paso a dar.

Brando andaba en un viaje de negocios que duraría unos 2 o 3 días como máximo.

Decidí llamarlo.

«Teléfono sonando»

Cuando se conecto con el otro extremo una voz ronca se escucho.

- ¿Qué diablos quieres?

- solo saber cuando regresas.

-regresare cuando sea necesario, tú no eres nadie para meterte en mi vida personal , así que acuérdate de cual es 3l lugar donde perteneces y no me vuelvas a llamar si no es nada urgente.

- amor regresas a la cama por favor. «Aquella voz la reconoció al instante sabía que se trataba de Lariza. Con eso su corazón se rompió en dos.»

Ella le dijo:

- avísame cuando regreses o dime con quien te dejo el contrato de divorcio.

Y colgó la llamada y apago el celular.

En el otro lado de la línea aquel hombre se quedó sorprendido y pensó que sólo era una broma de aquella desagradable mujer.

Pasaron tres días ella ya tenía las maletas listas, pales y todo lo que necesitaba para mañana comenzar su nueva vida, como no habían rastros de que Brando iba aparecer, ella decido tomar sus cosa las subió al carro y con ella llevaba dos papeles en la mano; una era la carta de la renuncia que presentaría en el departamento de recursos humano y a la segunda era el contrato de divorcio donde renunciaba a todo lo que pudiera unir aquel hombre y con su firma en el.

Media hora después...

Estaba al frente de aquel edificio más de 60 pisos sin contar con la plantas subterráneas. Estaba nerviosa, pues sabía que después de entrar y salir de ese edificio su vida iba a dar un giro de 180 grados; no podía creer que Brando, en serio no tomara en cuenta lo que le había dicho, y ni se trató de comunicar.

Después de 15 minutos que estuvo reflexionando entró, todos las saludaron y ella les devolvió el saludo, fue directo al ascensor y marco el piso de departamento de recursos humanos. Donde está Miguel el jefe del departamento.

Ella llamo a la puerta.

-Adelante.

El esta sumergido en muchos papeles cuando levanto la vista y vio a Marcela. Frunció en entre cejo. Se preguntaba ¿qué podía querer ahora?.

-Señorita Raudales, ¿que desea? .

- Señor Evans, buenos días, solo vine aqui a presentar mi carta de renuncia.

El se quedó sorprendido... pues nunca pensó que ella iba a renunciar. Cuando estaba su carrera en pleno apogeo.

- Es en serio lo que me esta diciendo.

-Claro que si. Se que llevo menos de un año; pero por motivos personales. Que no puedo comentar, pero...

Hizo una pausa.

- me llevan a tomar esta decisión. Y no hay vuelta atrás.

- ya que has tomado tu decisión. Espero que seas consciente de que no todos tiene la oportunidad que usted tienes, ni el talento. Solo espero que por la decisión que ya tomaste valga la pena. Te deseo lo mejor y mucha suerte.

Hablo Miguel con mucha sinceridad.

- Gracias

Ella asintió y salió de la oficina.

En el último piso estaba una de los asistentes de él señor Smith.

-buenos días señor Arias. Disculpe la molestia. Me podría hacer el favor de entregarle esto a el Señor Smith de mi parte. Y desee suerte en su nueva vida. Adiós.

Con eso el ceño del asiste esta arrugado. Sin entender lo que estaba pasado, ya que la señorita Raudales, era la esposa legítima de Brando, el tomo los papeles. Mientras ella se alejaba y entraba en el ascensor.

El asistente abrió los ojos como si se le iban a salir de la órbita.

Ella por su parte fue por sus cosas a la oficina las arregló en una caja y bajo al departamento de seguridad a que le revisaran y entrar todo carnet y acceso a la empresa.

Salió tomo su auto y condujo hasta llegar a su destino.

Después que ella salió de la oficina el asistente no sabia como llamar a su jefe, pues el les había dicho que no lo interrumpieron porque estaba de vacaciones con su amantes Lariza.

Cuando se armo de valor tecleo el número y el teléfono estaba sonando.

Cuando conecto la voz del hombre sonaba furiosa, pues estaba divirtiendose con Lariza en el momento que sonó su teléfono

- Luis es mejor que me des un motivo bueno para tu llamada o considérate hombre muerte.

Ante aquellas palabras él se congelo, pero sabía que no hay marcha atrás.

-Jefe se trata de la Señorita Raudales.

-por esa perra me estas llamando. Es mejor que presentes tu carta de renuncia en estos momentos.

- Señor, ella vino y le dejó un contrato.

-Y a mi que me importa ese puto contrato, llévalo al departamento que corresponde.

-Señor, solo usted se puede hacer cargo de este contrato.

- jajajajaja... yo tengo que hacer el trabajo de los demás cuando pago porque ellos lo hagan, no se has ridículo LUIS, deja de jugar conmigo que ahorita ¡ESTOY OCUPADO!

-es un contrato de divorcio señor.

Pues Brando nunca se imagino escuchar aquello.

No sabía que responder. Solo corto la llamada.

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