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¡Quise morir en Agosto!

¡Quise morir en Agosto!

Chico Literario

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Capítulo

Dan es un chico con toques depresivos eufóricos. Anuel es un chavo que tiene el corazón roto. ¿Cómo logran conocerse? Ambos están en busca de arreglar sus emociones en un campamento que promete darles diversión, aprendizaje y sobre todo, la oportunidad de enamorarse. ¿Como debe ser el amor entre un adolescente y un joven adulto? Ambos se embarcaran en una relación exprés que les dejara con "ganas de más".

Capítulo 1 INTRO

¡QUISE MORIR EN AGOSTO! LA VERSIÓN DE CHICO LITERARIO

FOTOGRAFIÁ DE PORTADA: Rafa Casares

MODELOS DE FOTOGRAFIÁ DE PORTADA: Pablo Paker & Otrotini.

© Todos los derechos reservados

Instagram: @chico.literarioo

Facebook: Ir Win Sde

¡Gracias por leer!

INTRO

¿Cuándo fue la última vez que sentiste inestabilidad emocional?

El día comienza así. Suena la alarma y decides ignorarla. Te vuelves a dormir. Vuelve a sonar otra alarma. La ignoras. Vuelve a sonar nuevamente. La ignoras. Y eso se repite varias veces hasta que al fin logras despertarte y te armas de valor para poder levantarte de la cama. Bostezas. Te rascas la mejilla izquierda, caminas al sanitario y tiras todos los rastros de la noche por el inodoro. Te acicalas un poco.

—¿Ya despertaste? ¡Llegarás tarde a la escuela! —La voz de tu mamá te hace reaccionar.

Terminas de enjuagarte la cara. Te secas y sales para cambiarte de ropa. Te desnudas y frente al espejo hay un chico en ropa interior. Boxer color negro, una curva definida en el trasero. Abdomen plano y músculos un poco definidos. Se pone la camisa blanca, los pantalones grises, el cinturón y el suéter color azul marino. ¿En qué grado va ese muchacho? Sales de la habitación luciendo muy bien. Tu mamá te halaga y papá está listo para desayunar. Tus hermanos mayores te miran con mucha atención y después de inspeccionarte con la mirada dirigen su atención a su desayuno. Huevos revueltos con salchicha, tortillas de harina recién hechas y un vaso de licuado de guayaba. ¡Delicioso!

—¿Cómo te sientes de que ya casi te vas a graduar? —La pregunta de mi hermano me hace pensar.

Mi mano sostenía una cucharada de cereal con leche.

—Pues me siento normal.

—¿No estás emocionado? —Pregunta mi hermana.

—No mucho. Solo un poco, no muy emocionado.

Mis hermanos mayores iban a la preparatoria. El mayor estaba en tercer grado y ella en segundo. ¡Yo apenas iba en camino a la preparatoria!

—¿Ya pensaste que quieres hacer este verano?

De pronto sentí que todos estaban interesados en saber por mi y mis decisiones. ¡Que bonito! Sonreí.

—Aun no. Bueno vi que hay un campamento en Morelos.

—¿De que va ese campamento?

—Actividades al aire libre, talleres sobre algunos oficios y buena compañía, sobre todo eso.

Mi papá me observo por algunos segundos.

—¿Cómo se llama ese campamento?

—Campamento Jojutla. Creo se que llama así por el municipio.

—¿Y de verdad te gustaría ir?

Me encogí de hombros.

—Supongo que sería algo divertido y aprendería cosas nuevas.

Mi hermana escribía en su celular.

—Yo creo que debería ir. A demás, nunca sueles salir de casa. ¡Diversifícate! Esta es tu oportunidad para lograr hacer más amigos.

¡Así que ella estaba de acuerdo! Mamá no estaba muy convencida.

—¿Y es seguro que te vayas tan lejos?

—¡Por supuesto! Además, no se va tan lejos. Morelos no está tan lejos de aquí. ¿O si? —preguntó mi hermana a papá.

—Son como dos horas y media de distancia. No es mucho.

Se supone que las opiniones de los demás me iban a ayudar a tomar una decisión. ¿Qué elegiría? ¿Iría al campamento o simplemente preferiría quedarme en casa el verano enteró?

Terminé de desayunar. Tomé mis cosas y salí camino a la escuela. Era una ventaja el no tener que viajar mucho, mi escuela secundaria quedaba a diez minutos de mi casa. Algo curioso es que estaba en la punta de un cerro, así que todas las mañanas y durante tres años, me gustaba ver cómo el sol hacía brillar el rocío que caía sobre el pasto. Yo solía cruzar una vereda delgada en medio del campo, había flores de color rosa y los chapulines brincaban de acá para allá.

Llegué hasta la calle pavimentada, vi a la distancia como los demás alumnos entraban. Maricruz estaba ahí en la entrada, esperándome. ¡Este sería mi último día de clases en la escuela secundaria!

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