Capítulo 1 El destino

No es acaso destino que dos personas se encuentren? Pues bien, Sam que está por cumplir sus 21 esta por cumplir su sueño: terminar sus estudios. Ha llevado una vida simple, siempre mirando hacia el futuro, su futuro.

Samanta Paoletti fue adopta cuando tenía 4 años, nunca supo de sus padres y el porque la habían abandonado.

Adoptada por un hombre súper potente y rico de la cuidad que vió en los ojos de aquella niña una hija que jamás iba a poder tener, la llevo consigo para darle un futuro mejor y todo el cariño que necesitaba.

Gracias a este hombre Sam recibió los mejores estudios y enseñanzas de todo tipo. No obstante su padre fuera rico no era prepotente así que le enseñó a ser una buena persona y que el dinero no lo era todo.

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Ludovico Casteluccio, 23 años de edad. Hijo de ricos empresarios al que no le importa el que dirán de la gente. Trabaja en la empresa de su padre y quien lo diría que uno chico tan trabajador y capaz en su vida personal no es para nada igual.

Los fines de semana cuando termina en la oficina, se arregla de lo mejor y va en los clubes exclusivos de la cuidad en busca de alguna preda, y en eso es muy bueno sin embargo no tiene que trabajar mucho en ello ya que la cola de las chicas seducidas por su bonita cara y su cuerpo esculpido es muy larga.

Por afuera Ludo da la impresión de ser un chico malo, pero en fondo, muy en fondo quisiera encontrar una chica que le haga perder por completo la razón. Nunca se ha enamorado, no le ha importado nada de las chicas a parte el sexo. En ese momento la chica que le estaba bailando en frente le pregunta en qué está pensando y él le sonríe sin decirle nada, la coge de la mano y la sienta sobre él para besarla.

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Esa noche Marcus Paoletti, el padre de Sam le dió como regalo de licenciatura el encargo de su empresa ya que la había preparado para ello desde que Sam había cumplido la mayor edad y estaba seguro que su hija sería una excelente empresaria.

- Llegaron las chicas papá, mañana hablaremos de esto, estoy súper feliz y me enorgullece ser tú hija, no te voy a fallar.

- Lo sé cariño. Ve y divierte.

- Gracias papà

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Alex, Sarah, Chiara y Manu estaban esperando Sam en el coche. Samantha no era una chica de fiestas pero había aceptado esa noche porque sus amigas habían insistido muchísimo ya que era una fecha importante y querían que su amiga se divertiera al menos por una noche.

Llegaron al club donde estaba Ludo, en había ido a una habitación privada dentro del club con la chica que había besado pero él no paraba de pensar en aquella chica con la que había tenido una discusión algunos días atrás.

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