Cinco Años De Mentiras

Cinco Años De Mentiras

Gavin

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Capítulo

Durante cinco años, Mateo dedicó su vida a Elena, la mejor amiga de su difunta madre, quien, tras un supuesto accidente, quedó postrada en una silla de ruedas. Él, un joven aspirante a chef, pausó sus sueños para cuidarla, enamorado en secreto, soportando sus caprichos y excentricidades. Pero una noche de tormenta, un diluvio en la Ciudad de México, al regresar con sus "medicamentos especiales", una risa furtiva lo detuvo en la puerta. Era Elena y su amiga Sofía, y las palabras que escuchó ahogaron su alma: "Claro que sí, todavía no he terminado, faltan las humillaciones. Hoy es la número noventa y nueve" . La parálisis de Elena, el sacrificio de Mateo, todo era una farsa, una cruel venganza por algo que ocurrió cuando él era solo un niño. ¿Un niño? La culpa. El nombre de Rodrigo. "Ese mocoso tuvo la culpa" , escupió Elena, "por su culpa, perdí mi única oportunidad" . Cinco años de su vida, borrados. Un amor convertido en cenizas. La llegada del "Dr. Ricardo" , un actor que remedaba al amor perdido de Elena, y el explícito desprecio de ser reducido a "el que ayuda" , la humillación de una reverencia forzada en el suelo sangrante, desató algo más oscuro. La ignominia de ser enviado al almacén, la traición definitiva en el callejón, donde fue brutalmente agredido en su nombre; Elena quería el castigo final. "Es la última vez" , susurró Mateo, con una voz helada en la noche. Borró a Elena de su vida. Borró el pasado. Se arrojó al vacío, no de un puente, sino de una vida de tormento para renacer de las cenizas. Con la ayuda de su tía Carmen, Mateo escapó a un nuevo mundo, sanando heridas y encontrando el verdadero amor en Camila. Pero el pasado no se rendía. Elena, ahora realmente paralítica, reapareció, persiguiéndolo, acosando a Camila, reabriendo viejas heridas. Fue el momento de la verdad. Mateo la confrontó, pero aquella "pobre víctima" se atrevió a confesar: "Te amo, Mateo" . La palabra "asco" fue la única respuesta a tanta depravación, a tanto tormento. Fue el final. Su última petición: "Desaparece" . La promesa de una vida nueva, sin sombras, en los brazos de Camila, mientras los fantasmas del pasado finalmente encontraban su propia justicia.

Introducción

Durante cinco años, Mateo dedicó su vida a Elena, la mejor amiga de su difunta madre, quien, tras un supuesto accidente, quedó postrada en una silla de ruedas.

Él, un joven aspirante a chef, pausó sus sueños para cuidarla, enamorado en secreto, soportando sus caprichos y excentricidades.

Pero una noche de tormenta, un diluvio en la Ciudad de México, al regresar con sus "medicamentos especiales", una risa furtiva lo detuvo en la puerta.

Era Elena y su amiga Sofía, y las palabras que escuchó ahogaron su alma: "Claro que sí, todavía no he terminado, faltan las humillaciones. Hoy es la número noventa y nueve" .

La parálisis de Elena, el sacrificio de Mateo, todo era una farsa, una cruel venganza por algo que ocurrió cuando él era solo un niño.

¿Un niño? La culpa. El nombre de Rodrigo. "Ese mocoso tuvo la culpa" , escupió Elena, "por su culpa, perdí mi única oportunidad" .

Cinco años de su vida, borrados. Un amor convertido en cenizas.

La llegada del "Dr. Ricardo" , un actor que remedaba al amor perdido de Elena, y el explícito desprecio de ser reducido a "el que ayuda" , la humillación de una reverencia forzada en el suelo sangrante, desató algo más oscuro.

La ignominia de ser enviado al almacén, la traición definitiva en el callejón, donde fue brutalmente agredido en su nombre; Elena quería el castigo final.

"Es la última vez" , susurró Mateo, con una voz helada en la noche.

Borró a Elena de su vida. Borró el pasado. Se arrojó al vacío, no de un puente, sino de una vida de tormento para renacer de las cenizas.

Con la ayuda de su tía Carmen, Mateo escapó a un nuevo mundo, sanando heridas y encontrando el verdadero amor en Camila.

Pero el pasado no se rendía. Elena, ahora realmente paralítica, reapareció, persiguiéndolo, acosando a Camila, reabriendo viejas heridas.

Fue el momento de la verdad. Mateo la confrontó, pero aquella "pobre víctima" se atrevió a confesar: "Te amo, Mateo" .

La palabra "asco" fue la única respuesta a tanta depravación, a tanto tormento.

Fue el final. Su última petición: "Desaparece" .

La promesa de una vida nueva, sin sombras, en los brazos de Camila, mientras los fantasmas del pasado finalmente encontraban su propia justicia.

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