La Muerte Es Mi Única Respuesta

La Muerte Es Mi Única Respuesta

Gavin

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Apenas ayer, la vida en el palacio era una condena monótona, llena de la amargura del abandono y el desprecio. Veintiún años, una simulación infernal para una misión imposible: ganarme el amor de cuatro hombres influyentes, los "objetivos" de este cruel juego. Veintiún años de humillaciones, de ver cómo me odiaban, cómo me destrozaban. Todo por Sofía Vargas, la "heroína" de pacotilla, la que tejía mentiras a su antojo. Me dijo que me curaría una enfermedad terminal en mi hogar, en mi México, pero solo me dio un boleto a un infierno. Me arrastraron de vuelta al palacio, sin honor, sin dignidad, solo el constante recordatorio de mi fracaso. ¿Suicidio? Una y otra vez lo intenté, arrojándome al vacío, consumiendo veneno. ¿Y para qué? Para que esos mismos hombres me salvaran, no por amor, sino para evitar que mi "locura" manchara la impecable reputación de Sofía. "Luna, no. ¡Detente!" , gritaban, pero sus voces solo alimentaban mi desesperación. ¡Cómo podían ser tan ciegos! ¡Cómo podían creer sus dulces mentiras por encima de mi dolor! Pero la farsa terminó, el velo cayó en la oscuridad de ese convento, donde Sofía, con una sonrisa de víbora, me reveló su verdad. "Soy una jugadora como tú, Luna, y al matarte, me robaré todo lo que eres" . Ahí, tirada en la paja, paralizada por una "píldora del alma quieta" , entendí que no había escape, no había casa a la que volver. Mi cuerpo dolía, pero mi alma ardía con una nueva llama. No de desesperación, sino de una rabia gélida. Y entonces, recordé a mis padres, el sabor de un buen ponche, y la necesidad de volver a mi hogar en México. La dulzura de la venganza me salvó. Ahora soy yo quien decidirá cuándo y cómo.

Introducción

Apenas ayer, la vida en el palacio era una condena monótona, llena de la amargura del abandono y el desprecio.

Veintiún años, una simulación infernal para una misión imposible: ganarme el amor de cuatro hombres influyentes, los "objetivos" de este cruel juego.

Veintiún años de humillaciones, de ver cómo me odiaban, cómo me destrozaban.

Todo por Sofía Vargas, la "heroína" de pacotilla, la que tejía mentiras a su antojo.

Me dijo que me curaría una enfermedad terminal en mi hogar, en mi México, pero solo me dio un boleto a un infierno.

Me arrastraron de vuelta al palacio, sin honor, sin dignidad, solo el constante recordatorio de mi fracaso.

¿Suicidio? Una y otra vez lo intenté, arrojándome al vacío, consumiendo veneno.

¿Y para qué? Para que esos mismos hombres me salvaran, no por amor, sino para evitar que mi "locura" manchara la impecable reputación de Sofía.

"Luna, no. ¡Detente!" , gritaban, pero sus voces solo alimentaban mi desesperación.

¡Cómo podían ser tan ciegos! ¡Cómo podían creer sus dulces mentiras por encima de mi dolor!

Pero la farsa terminó, el velo cayó en la oscuridad de ese convento, donde Sofía, con una sonrisa de víbora, me reveló su verdad.

"Soy una jugadora como tú, Luna, y al matarte, me robaré todo lo que eres" .

Ahí, tirada en la paja, paralizada por una "píldora del alma quieta" , entendí que no había escape, no había casa a la que volver.

Mi cuerpo dolía, pero mi alma ardía con una nueva llama.

No de desesperación, sino de una rabia gélida.

Y entonces, recordé a mis padres, el sabor de un buen ponche, y la necesidad de volver a mi hogar en México.

La dulzura de la venganza me salvó.

Ahora soy yo quien decidirá cuándo y cómo.

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Romance

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Tentu, saya akan menambahkan POV (Point of View) ke setiap bab sesuai dengan permintaan Anda, tanpa mengubah format atau konten lainnya. Gabriela POV: Durante cinco años crié al hijo de mi esposo como si fuera mío, pero cuando su ex regresó, el niño me gritó que me odiaba y que prefería a su "tía Estrella". Leandro me dejó tirada y sangrando en un estacionamiento tras un accidente, solo para correr a consolar a su amante por un fingido dolor de cabeza. Entendí que mi tiempo había acabado, así que firmé la renuncia total a la custodia y desaparecí de sus vidas para siempre. Para salvar la imprenta de mi padre, acepté ser la esposa por contrato del magnate Leandro Angulo. Fui su sombra, la madre sustituta perfecta para Yeray y la esposa invisible que mantenía su mansión en orden. Pero bastó que Estrella, la actriz que lo abandonó años atrás, chasqueara los dedos para que ellos me borraran del mapa. Me humillaron en público, me despreciaron en mi propia casa y me hicieron sentir que mis cinco años de amor no valían nada. Incluso cuando Estrella me empujó por las escaleras, Leandro solo tuvo ojos para ella. Harta de ser el sacrificio, les dejé los papeles firmados y me marché sin mirar atrás. Años después, cuando me convertí en una autora famosa y feliz, Leandro vino a suplicar perdón de rodillas. Fue entonces cuando descubrió la verdad que lo destrozaría: nuestro matrimonio nunca fue legal y yo ya no le pertenecía.

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